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Meseta del cielo, el primer viñedo de Nayarit con ASG

Meseta del Cielo avanza con enfoque sostenible, vinculando producción de vino, enoturismo de baja escala y desarrollo rural en Jala, en el occidente mexicano

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Meseta del Cielo impulsa vino de altura, empleo local y enoturismo responsable en Jala, Nayarit.Cortesía

Patricia Ortega

En el sur de Nayarit, Meseta del Cielo empieza a perfilarse como un caso de estrategia ASG aplicada a la vitivinicultura rural. El proyecto, ubicado en la meseta de Juanacatlán, en el Pueblo Mágico de Jala, cruza tres ejes: vino de altura, cuidado del entorno volcánico y generación de empleo local vinculado al enoturismo.

La bodega se asienta a unos 2,000 metros sobre el nivel del mar, en suelos de origen volcánico que también sostienen los maizales gigantes de Jala, reconocidos con récord Guinness. Antes de plantar, el equipo realizó estudios de suelo y clima para definir si la zona era apta para la vid.

El objetivo no solo fue producir vino, sino hacerlo con una lógica de uso responsable del territorio y de la disponibilidad de recursos, así lo comentó Gilberto Gangoiti, propietario y enólogo de Meseta del Cielo en Nayarit, en entrevista con El Economista. 

Dijo que la plantación arrancó en 2019 y la primera vendimia comercial se realizó en 2022. La producción sigue siendo limitada, con una meta de 3,000 a 3,500 botellas al año. 

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Meseta del Cielo impulsa vino de altura, empleo local y enoturismo responsable en Jala, Nayarit.Cortesía

“Esta escala controlada forma parte de la estrategia ambiental: permite gestionar mejor el viñedo, evitar sobreexplotación y ajustar prácticas agrícolas a un terroir aún en fase de aprendizaje, donde conviven maíz, cacahuate y otros cultivos regionales”. 

Enfoque social

En la dimensión social, Meseta del Cielo ha optado por trabajar con mano de obra local. “Muchos de los colaboradores tienen experiencia en viñedos de Estados Unidos y ahora transfieren ese conocimiento a su comunidad”, explicó Gangoiti. 

“El proyecto se convierte así en un mecanismo de retorno de capacidades, profesionalización del trabajo agrícola y formalización del empleo en una zona que tradicionalmente ha dependido del campo y de las remesas”. 

El enoturismo es el otro pilar social de la estrategia. El viñedo abre sábados y domingos para visitas guiadas, catas y experiencias gastronómicas. 

“Lo que inició con tablas de charcutería evolucionó hacia una oferta basada en producto regional, pan y pizzas al horno de leña, y maridajes con recetas locales, como un chile en nogada preparado por un chef originario de la zona. La premisa es que el ingreso no quede solo en la bodega, sino que se distribuya entre productores, cocineros y proveedores del entorno”.

Ambiental

Desde el ángulo ambiental, el proyecto apuesta por un modelo de baja intensidad turística. No busca recibir grandes flujos, sino grupos pequeños que recorran el viñedo, conozcan el paisaje de pinos y maizales y consuman en el lugar. 

Para Gangoiti, esta escala ayuda a reducir presión sobre el agua, los residuos y la movilidad, al tiempo que posiciona a Jala como un destino donde la experiencia del visitante se vincula con la economía local.

Política pública

Explicó que la articulación con la política pública también entra en la ecuación ASG (Ambiental, Social y de Gobernanza). “La Secretaría de Turismo de Nayarit impulsa la presencia del estado en eventos de Provino en Baja California, el polo vinícola más consolidado del país”. 

Para Meseta del Cielo, esta vitrina permite mostrar un modelo de desarrollo rural que combina vino, turismo responsable y empleos en origen, en una región que ahora está conectada por autopistas con Guadalajara, Tepic y Puerto Vallarta, y a menos de dos horas de tres aeropuertos internacionales.

Planes

Hacia adelante, Gilberto Gangoiti planea consolidar la infraestructura con una bodega de mayor capacidad y una cava subterránea, sin abandonar la escala boutique ni el enfoque ASG. 

“La apuesta es que nuevos proyectos se sumen en la zona, construyendo una pequeña ruta del vino nayarita donde la vitivinicultura funcione como palanca de conservación del paisaje y de inclusión económica para las comunidades rurales”, concluyó Gangoiti.

Patricia Ortega

Coordinadora de Operación Editorial de Suplementos y Ediciones Especiales de El Economista. Licenciada en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió una especialización en Periodismo Económico en la Universidad de Miami, auspiciada por la Fundación Reuters. Ganadora del premio por la "destacada cobertura en finanzas verdes", entregado por la BMV y el Consejo Consultivo de Finanzas Verdes. Ha sido analista de mercados, editora de finanzas y creadora de ranking de negocios, responsabilidad social y mercados, y ha trabajado en la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, Reforma, Excélsior, Mundo Ejecutivo, Expansión, Fortuna, Infosel y Economática.

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