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Natura en la COP30 lanza su visión 2050 y su propuesta de bioeconomía amazónica
La compañía brasileña presentó Visión 2050 en la COP30, combinando negociaciones climáticas con visitas a cooperativas para mostrar impacto social, ambiental y de negocios

Productores amazónicos de Cofruta y Aprocamp muestran en Belém cómo nacen insumos que usa Natura.
Natura aprovechó la COP30, primera cumbre climática de la ONU que se realizó en el corazón de la Amazonia, para posicionar su propuesta de sociobioeconomía y su Visión 2050 como caso empresarial anclado en territorio y no solo en compromisos de escritorio.
Encabezada por João Paulo Ferreira, CEO de la compañía brasileña llegó a la conferencia con el mensaje de que la Amazonia no es solo un riesgo en los reportes climáticos, sino una plataforma económica donde la bioeconomía ya genera ingresos, empleo y conservación.
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La empresa buscó demostrarlo combinando su participación en los espacios formales de la COP30 con visitas de campo a comunidades y a su complejo industrial en Pará.
¿Cómo trabaja?
Natura opera en la región latinoamericana desde hace más de 25 años. Hoy está conectada con alrededor de 46 comunidades de la sociobiodiversidad y 21 agroindustrias, beneficiando a más de 10,000 familias e impactando a unas 42,000 personas.
Según la compañía, estas alianzas han contribuido a conservar más de 2 millones de hectáreas de selva y su meta es llegar a 3 millones hacia 2030.

Natura
Ese bloque de datos fue el eje de la narrativa que llevó a Belém como evidencia de que la bioeconomía amazónica puede escalar.
En la agenda oficial, Ferreira participó en la Sustainable Business COP 30 (SBCOP), donde lideró el grupo de trabajo sobre bioeconomía. La empresa también tuvo presencia en C.A.S.E., foro que agrupa a grandes corporativos brasileños; en el Parque de la Bioeconomía de la Amazonia, con discusiones sobre sociobioeconomía, innovación e I+D; en la TED Countdown House, centrada en soluciones climáticas, y en Agrizone, dedicada a agricultura sostenible.
Experiencia viva
En paralelo, Natura abrió sus operaciones en Pará a periodistas, delegaciones y aliados. Uno de los puntos de visita fue la cooperativa Cofruta, en Abaetetuba, donde más de 100 familias producen aceites y mantecas de semillas amazónicas como andiroba, murumuru y ucuuba, insumos clave para la línea Ekos.

Productores amazónicos de Cofruta y Aprocamp muestran en Belém cómo nacen insumos que usa Natura.
El equipo de Natura explicó que la relación con los productores se basa en un esquema de “planilla abierta” que transparenta costos y pagos, combinado con inversión en infraestructura y equipos para mejorar productividad y calidad. Otro caso presentado fue la asociación Aprocamp, en Santo Antônio do Tauá, socia de Natura desde 2003.
En 2024, la comunidad inauguró una planta de aceites esenciales que permitió trasladar la extracción a la propia localidad y aumentar alrededor de 60% los ingresos brutos de la asociación. La empresa mostró este ejemplo en la COP30 como evidencia de cómo la agregación de valor en origen puede reforzar ingresos rurales y reducir presiones de cambio de uso de suelo.
El recorrido se completó en el Ecoparque de Benevides, complejo industrial y tecnológico de 172 hectáreas en medio de la selva. Desde 2014, este sitio atiende la mayor parte de la demanda de jabones de Natura para América Latina y emplea principalmente mano de obra local. El Ecoparque se presentó como la pieza industrial del modelo: producción a escala con criterios de circularidad, reciclaje y articulación con la cadena de residuos del municipio.
Todo ello se enmarca en la Visión 2050, el plan con el que Natura busca operar como empresa 100% regenerativa en los próximos 25 años. La hoja de ruta incluye metas de emisiones netas cero en operaciones directas hacia 2030, descarbonización gradual de la cadena de valor, expansión de compras de insumos amazónicos y avance en envases reutilizables, reciclables, rellenables o compostables.
“La transición climática no solo se negocia en los plenarios, también se ejecuta en cooperativas, plantas comunitarias y complejos industriales que ya operan bajo criterios de bioeconomía y sociobioeconomía”, concluyó Ferreira.



