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Finanzas Personales

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Estrategia Nacional de Educación Financiera: por qué son clave las ciencias del comportamiento

La Estrategia Nacional de Educación Financiera integra ciencias del comportamiento para transformar el conocimiento en hábitos financieros saludables a través de intervenciones como la simplificación de información y recordatorios.

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Estrategia Nacional de Educación Financiera tiene 6 ejes estratégicos.PIxabay

Sonia Soto

El Gobierno Federal presentó la Estrategia Nacional de Educación Financiera con la intención de algo más que transmitir información, sino priorizar el desarrollo de habilidades, actitudes y comportamientos financieros que mejoren el bienestar de las personas

Dentro del documento se establece un apartado sobre las ciencias del comportamiento, ¿cuál es el papel que juegan para lograr el objetivo? Es una de las nueve dimensiones fundamentales consideradas para fomentar el desarrollo de capacidades financieras en la población.

Se explica que, a través de la disciplina de la economía del comportamiento, rama que fusiona principios económicos con hallazgos de la psicología y otras ciencias sociales, se busca entender cómo las personas toman realmente decisiones económicas.

¿Qué son las ciencias del comportamiento y por qué importan en educación financiera?

El rol de las Ciencias del Comportamiento en la Estrategia Nacional de Educación Financiera está relacionado en transformar el conocimiento en acciones y hábitos sostenibles, superando la brecha existente entre lo que la gente sabe y lo que realmente hace.

1. Identificación de factores de decisión: Ayuda a identificar sesgos cognitivos, hábitos, normas sociales y factores emocionales que influyen en las decisiones financieras de la población. Esto se debe a que la evidencia demuestra que las personas no siempre actúan según lo que saben, sino que factores psicológicos, emocionales y contextuales impactan sus decisiones.

2. Superar la brecha conocimiento-acción: La ENEF utiliza la Economía del Comportamiento como un aliado central para impulsar un enfoque que vaya de lo que los mexicanos "saben" a lo que realmente "hacen". El conocimiento por sí solo no es suficiente para generar cambios sostenidos, ya que las decisiones están profundamente influenciadas por el entorno y los sesgos conductuales.

3. Análisis de sesgos: Se enfoca en las limitaciones cognitivas, emocionales y sociales que afectan la racionalidad en la toma de decisiones. El análisis busca que las personas reflexionen sobre su toma de decisiones para que puedan identificar cuándo son susceptibles a sesgos, como el sesgo al presente, la aversión a la pérdida o la sobreconfianza, y así adoptar prácticas financieras más sólidas.

4. Promoción de hábitos: La meta es asegurarse de que los conocimientos transmitidos se conviertan en la base de hábitos y conductas financieras que permitan mayores niveles de bienestar financiero.

Intervenciones conductuales para cerrar la brecha entre saber y hacer

La integración de las ciencias del comportamiento contribuye al éxito de la Estrategia a través de métodos de diseño de políticas más efectivos y resultados medibles:

  • Diseño optimizado y segmentación: Permite optimizar los esfuerzos en la generación y diseño de contenidos, basándose en una segmentación conductual de las capacidades financieras de los distintos grupos poblacionales.
  • Intervenciones basadas en evidencia: El enfoque refuerza la capacidad de la población para convertir el conocimiento en acciones concretas. Además de transmitir conceptos, es necesario promover la reflexión sobre la toma de decisiones financieras. Las intervenciones conductuales como la simplificación de información, recordatorios oportunos, comparaciones entre pares y configuraciones predeterminadas, como el ahorro son recomendadas por organismos económicos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el Banco Mundial, y la red G20/GPFI11.
  • Adopción de comportamientos sostenibles: Se pueden utilizar principios de la economía conductual para facilitar la toma de decisiones y ayudar a que las personas adopten comportamientos sostenibles más allá del aula.
  • Medición del impacto real: El enfoque conductual refuerza la necesidad de medir los comportamientos financieros reales, y no solo los conocimientos, lo que permite ajustar las estrategias según los perfiles de la población, reconociendo que los sesgos y barreras son distintos para cada grupo (mujeres, jóvenes, poblaciones vulnerables, etc.).

A través de seis objetivos, la Estrategia define una ruta clara para implementar acciones de educación financiera en el país, con mecanismos de coordinación, seguimiento y evaluación de resultados.

Puedes escribir tus dudas a sonia.soto@eleconomista.mx

Sonia Soto

Periodista. Actualmente editora de Finanzas Personales en sus versiones impresa y digital. La mayor parte de su carrera ha transcurrido alrededor de temas financieros, económicos y de negocios. De 2024 a 2025 fue parte de Capital Humano, en los últimos cinco meses como coeditora, donde desarrolló temas de política pública, salud mental, temas de género y marca personal.

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