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Capital Humano

Lectura 9:00 min

La violencia laboral no se limita a la oficina, también está en el entorno digital

La violencia laboral se está transformando con el ciberacoso, y a través de mensajes o correos, hay conductas que incluso fuera del horario y espacio de trabajo impactan en la salud e integridad de quienes la viven.

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La violencia laboral también se presenta a través de canales digitales.Ilustración ee: nayelly tenorio. 

Nancy Escutia

La violencia laboral ha trascendido las paredes de la oficina, alcanzando a las personas incluso en espacios que deberían ser privados. Se presenta en forma de mensajes, llamadas, correos, con videos, memes, imágenes y textos que generan miedo, estrés, incomodidad y humillación. 

Si bien el acoso y el hostigamiento son las formas de violencia laboral reconocidas en la Ley Federal del Trabajo (LFT), esta no especifica los medios o el lugar exacto donde deben ocurrir las acciones, pero sí exige como obligación a los patrones garantizar espacios seguros y contar con un protocolo de atención, prevención y erradicación de la violencia laboral.

El problema es que la legislación no detalla qué debe contener este protocolo, “solo que lo tienes que tener y en caso de no tenerlo aplican multas”, señala Alix Trimmer, fundadora de Laboral Interseccional (LAIN), quien resalta, todos los centros trabajo lo requieren, pero “la mayoría no lo tiene” o no identifican la violencia o cómo atenderla.

Para poder identificar la violencia es necesario entender qué es. Se trata de conductas o comentarios que provocan incomodidad, pero que en realidad son agresiones disfrazadas, de hecho, la legislación la ejemplifica como cualquier acción o incluso omisión que cause daño o sufrimiento psicológico, físico, económico, sexual o patrimonial.

La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) clasifica la violencia en al menos seis tipos: física, psicológica, patrimonial, económica, sexual y a través de interpósita persona, es decir, ejercida mediante familiares o personas cercanas a la víctima para dañarla.

¿Cómo saber si estoy sufriendo violencia laboral?

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revela que a lo largo de su vida productiva, 27.9% de las mujeres enfrenta violencia laboral, y según datos de ONU Mujeres, al menos 10 millones han sido víctimas de estas agresiones.

Una agresión física o un insulto son las formas más visibles de agresiones, pero hay bromas, chistes o conductas que pueden llegar a normalizar la violencia y hacer que sea más difícil identificarla. Si bien, la LFT no contempla una medición, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) cuenta en su modelo de protocolo con un listado de preguntas de apoyo, pero la mayoría se enfoca en conductas de índole sexual:

  1. ¿En tu trabajo recibes burlas o chistes que hacen referencia a alguna parte de tu cuerpo?
  2. ¿Has recibido comentarios obscenos por alguien que está en tu trabajo?
  3. ¿En tu trabajo se han generado comentarios de carácter sexual que atentan tu reputación?
  4. ¿Alguien de tu trabajo te ha hecho proposiciones sexuales que no deseas?
  5. ¿Mientras estás trabajando has sentido humillación porque han tocado partes de tu cuerpo?

Lo cierto es que existen otras acciones que también pueden identificarse como violentas, de acuerdo con la STPS, la exclusión, intimidación y amedrentar son ejemplos que dañan la autoestima, la salud, la integridad, la libertad y la seguridad de la víctima.

Verónica Hernández Guadarrama, directora ejecutiva de IDEIB Consulting, recuerda la utilidad del Violentómetro, una herramienta que sirve de apoyo para visualizar la escalada de conductas que, aunque parezcan inofensivas (bromas hirientes, chantajes o la ley del hielo), constituyen agresiones.

“Aunque digan que no es nada o que estamos exagerando, no es exageración. Lo que pasa es que hemos normalizado ese tipo de situaciones”, reitera.

En esa línea, recuerda que hay empresas que presumen no tener casos de violencia, “pero en realidad no es que no ocurra, lo que normalmente pasa es que hay una ausencia de diagnóstico. A las organizaciones no les gusta ser diagnosticadas y menos de violencia porque lo ven como un gasto, pero si algo te incomoda es violencia”, enfatiza.

Además del Violentómetro, el programa ELSSA (Entornos Laborales Seguros y Saludables) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cuenta con un cuestionario de identificación, donde aborda más situaciones, por ejemplo:

  • En mi trabajo puedo expresarme libremente sin interrupciones
  • Recibo críticas constantes a mi persona y/o trabajo
  • Recibo burlas, calumnias, difamaciones, humillaciones o ridiculizaciones
  • Se ignora mi presencia o se me excluye de las reuniones de trabajo y en la toma de decisiones
  • Se manipulan las situaciones de trabajo para hacerme parecer un mal trabajador
  • Se ignoran mis éxitos laborales y se atribuyen a otros trabajadores
  • Me bloquean o impiden las oportunidades que tengo para obtener ascenso o mejora en mi trabajo
  • He presenciado actos de violencia en mi centro de trabajo

En caso de estar viviendo alguna de las situaciones antes marcadas, es probable que se esté viviendo algún tipo de violencia laboral, pero ojo, porque no solo aplica en la oficina o en el centro de trabajo, sino incluso por medios digitales.

La violencia laboral también está en internet

Según datos de ONU Mujeres, una de cada tres mujeres en el mundo sufre violencia a lo largo de su vida, y hasta un 58% se enfrenta a la violencia digital.

Aunque la LGAMVLV data de 2007, la violencia digital fue incorporada como una forma de vulneración hasta 2021 con la Ley Olimpia. Si bien esta se centra en contenido gráfico como imágenes, audios o videos, los mensajes y los textos también son espacios donde pueden generarse conductas agresivas.

La legislación mexicana dice que cualquier forma análoga que lesione o sea susceptible de dañar la dignidad, integridad o libertad de las mujeres, también es violencia, ahora bien, comúnmente se piensa que la violencia laboral ocurre solo en el espacio donde se realizan las actividades la realidad es que no.

Casi la mitad de las mujeres que van más días a la oficina reciben más microagresiones, pero un 29% de las que teletrabajan también la viven, revela la Radiografía de Mujeres en el Trabajo de Buk, esto significa que aún a la distancia, la violencia laboral persiste.

“Siempre hay nuevas manifestaciones de violencia, por ejemplo, el ciberacoso”, afirma Verónica Hernández Guadarrama, quien apunta, la violencia laboral también se hace presente en el mundo virtual a través de mensajes, correos o cualquier tipo de interacción que genera incomodidad.

“Aun cuando no sea un chat de trabajo, si hay un vínculo laboral en quien está acosando y quien está recibiendo el acoso, aunque sea un chat personal, sigue siendo violencia laboral porque hay un vínculo. Cuando te envían ese chistecillo o meme, se va creando cultura social, y eso abona a la cultura laboral”, afirma.

Subraya que, independientemente de si la agresión ocurre fuera del horario laboral, del espacio físico de la empresa o en dispositivos personales, siempre que exista un vínculo laboral, "el acoso fuera de los espacios de trabajo o ciberespacios, es violencia laboral”.

Conscientes de las nuevas formas de agresión en entornos digitales, ONU Mujeres inicia este 25 de noviembre, Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer, la campaña ÚNETE, en la que a diario y hasta el 10 de diciembre, promoverá mediante la movilización social, el fin de la violencia digital contra las mujeres y las niñas.

Para identificar el abuso digital, el organismo enlista conductas como el uso indebido de imágenes; intercambio no consentido de estas o su falsificación por Inteligencia Artificial; el ciberacoso, troleo, amenazas y acoso en línea; el discurso de odio, la suplantación de identidad; las redes misóginas como la machoesfera y la publicación de información privada.

¿Y la NOM-035?

Alix Trimmer destaca que la legislación mexicana reconoce la violencia laboral, y de género, tanto así que la Norma 035 aborda los factores de riesgo psicosocial en el trabajo, así como su identificación, análisis y prevención; no obstante, detalla que pese al esfuerzo, los centros de trabajo aún tienen un pendiente en realizar su correcta implementación.

"Muchas veces no lo hacen, y ese sería un punto de partida para identificar qué tipo de situación estamos teniendo al interior de la organización, si la gente está bien, si no, cuáles son las razones. Luego implementar canales de denuncia internos y externos, dependiendo el caso, para que la gente tenga la posibilidad de levantar la voz sin tener miedo a la represalia”, aconseja.

Si bien, la NOM no menciona la violencia digital explícitamente, sí establece mecanismos para el tratamiento de actos de violencia, lo que significa que, si se registran incluso en medios virtuales, necesitan atenderse, lo importante es que las organizaciones cuenten con mecanismos seguros y confidenciales para la recepción de denuncias, acompañamiento y a su vez, difundir información de sensibilización para prevenir actos.

La directora ejecutiva de IDEIB Consulting agrega también que México adoptó el Convenio 190 y su recomendación 209 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), así como otras convenciones, “por ejemplo, la Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer y la de Belém do Pará, pero esto no ha sido suficiente para frenar las agresiones.

“México está en un punto en que está tan exacerbada la violencia en todos los ámbitos y específicamente hablando de la laboral, que ya es necesario cimbrar a las organizaciones, ponerles un alto. Trabajar para que la violencia laboral deje de ser un riesgo para las mujeres”, apunta.

Las expertas concluyen en la urgencia de una legislación más clara, detallada y con perspectiva de género, sumada a un mayor compromiso de las empresas en la gestión del talento humano y en la implementación de capacitaciones constantes y liderazgos sensibles.

“La perspectiva de género es entender de qué manera el género de la persona le ha colocado en un mayor o menor grado de vulnerabilidad, entendido eso se pueden hacer ajustes”, define la fundadora de LAIN Laboral Interseccional.

La violencia que se extiende al espacio digital requiere protocolos más claros, y en un entorno laboral cada vez más híbrido, es necesario exponer los retos que enfrentan las personas trabajadoras, abrir diálogos, reevaluar estrategias, leyes y normas que en suma, aseguren el desarrollo y seguridad de todos.

Nancy Escutia

Periodista con enfoque jurídico especializada en derechos y políticas laborales, bienestar y salud mental organizacional; egresada de la Maestría en Periodismo Político por la Carlos Septién García.

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