Steve Jobs: el instinto de una generación digital

Apple fue mi primer amor y ahora no se qué será sin Steve Jobs . Ésta es la visión de Manolo Castro, publirrelacionista y uno de los millones de usuarios fieles a la marca. Y es el mismo sentimiento expresado en cientos de comentarios de sitios web y redes sociales de Internet tras la renuncia del líder de la empresa.

Castro lamenta el retiro de Jobs su héroe , como le llama , ídolo para una sociedad de nativos y migrantes digitales que crecieron al lado de la primera computadora todo en uno del 1984, la iMac del 1997 o la revolución en la manera de oír música con el iPod del 2001.

Jobs es un líder nato. Él se rige bajo un liderazgo transformacional, un liderazgo raro que también tienen Bill Gates y los grandes transformadores globales que han concebido a través de la tecnología un mundo distinto , afirma Marco Antonio González, doctor en Psicología Social del ITESM.

Y añade: Construyó un imperio de la nada, con la proyección de que la realidad se puede transformar, modificando el mundo de la comunicación y la interacción actual entre las personas .

Aportó muchísimo a la industria. Es la persona que más admiro en temas de computación. Me enseñó a seguir el instinto y ser consistente, a generar una base de usuarios muy satisfechos y eventualmente hacer un culto , señaló Carlos Koch, presidente de Meebox, firma creadora de la primera tableta mexicana.

El éxito se basó en una filosofía dentro de la empresa: respeto laboral, libertad de creación e innovación, el reto permanente de superarse, el cumplimiento en tiempo y forma, el orgullo sobre el esfuerzo personal y de grupo y un balance entre el trabajo y el descanso.

El resultado está a la vista de todos. Apple dejó de ser una palabra relacionada a una manzana para volverse un icono de geeks (término anglosajón con el que se identifica a los amantes de la tecnología), la marca más valiosa a nivel mundial en el 2011, según el estudio de BrandZ, y con una capitalización bursátil de 346,000 millones de dólares.

Apple es una marca de culto, señala el doctor Octavio Islas, investigador del ITESM. Es la marca más querida y admirada del mundo. Lo mismo pasa con Jobs, que a diferencia de Gates, quien tuvo que arrinconarse en la filantropía interesada, es admirado simplemente por su talento como CEO, como el presidente de esa gran empresa desarrolladora de tecnología .

El mundo de la tecnología no se concibe sin el iPod, el iPhone y el iPad, que lejos de ser sólo aparatos se han convertido en extensiones de la vida cotidiana: música, comunicación, entretenimiento y productividad.

Es la marca más emblemática de la economía del conocimiento, es sinónimo de calidad, de diseño, es el equipo práctico y es la marca artística por excelencia , destaca Octavio Islas.

iPods para amenizar rutinas en el gimnasio, para matar el tiempo en el transporte público... iPhones para fortalecer relaciones sentimentales o sacar de apuros con el sistema GPS... iPads como cuadernos escolares o diarios digitales para leer en el desayuno.

Steve Jobs cuenta con 313 registros en la Oficina de Patentes y Marcas Comerciales de Estados Unidos, inventos materializados por él, el superhéroe de Manolo Castro, el líder transformacional de Marco Antonio González, el cerebro tras la marca más valiosa del mundo. Pero también, el ser humano que en el 2009 recibió un trasplante de hígado, que lucha contra un cáncer de páncreas y cuyo retiro representa para una generación el fin de una era .

Dar clic a la imagen.

rdelgado@eleconomista.com.mx