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Opinión

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Un Consejo de Salubridad a modo y envuelto en corrupción

En línea con lo que parece una obsesión por aniquilar instituciones, la actual administración consiguió tener un Consejo de Salubridad General acotado y a modo para lo que se requiera a cada momento. 

El organismo -el cual fue hecho a un lado de la rectoría de la pandemia contrario a lo que mandata la Constitución- ya quedó convertido ahora sí por completo en otra área más bajo el control de quien funge prácticamente como el virrey de la salud, el subsecretario Hugo López-Gatell que sigue extendiendo su poder. Ya tiene bajo su mando a 13 órganos incluidas las direcciones de dos subsecretarías, a Cofepris, Conadic y desde hace meses al Consejo de Salubridad.  

Es claro que el subsecretario ya le ordena al Consejo lo que el INSABI necesite, como el ingreso fácil y rápido de medicamentos cubanos aunque no tengan registro sanitario -tal como lo explicamos aquí en una anterior entrega-, pero además -ahora sabemos- ha ido conformando un equipo que como se ve está saliendo bueno para hacer negocios que beneficien a los cercanos y adeptos del sexenio.

A mediados del 2022 consiguieron a fuerza de presión terminar sacando al equipo que encabezaba el doctor José Ignacio Santos Preciado que fungía como secretario del Consejo. Los hicieron renunciar presionándolos de forma demasiado agresiva y López-Gatell les trató de acusar de corrupción que no pudo demostrar. Desde entonces empezó a llegar gente sin nivel ni la trayectoria académica empezando por el nuevo secretario del Consejo, Marcos Cantero Cortés, quien entre su equipo ha traído a personajes que estarían aprovechando la posición para influir en las compras de medicamento y hacer negocio con amigos. Es decir, la corrupción que no se le pudo demostrar al anterior grupo del CSG, ahora sí se está evidenciando en el nuevo equipo que hoy controla el CSG.

Nos referimos en particular al doctor Carlos Piazzini Guerrero, quien desde agosto pasado lo pasaron de la Dirección de Administración de Planes en el Insabi a ocupar el lugar que tenía el doctor César Cruz como director general de Valoración Científica y Técnica en el CSG. Es una posición estratégica para la inclusión de nuevos productos en el Compendio Nacional de Insumos en Salud (CNIS). Llegó a nuestras manos la grabación de una conversación que se supone se dio el 26 de diciembre en la cual este doctor Piazzini le ofrece a otro interlocutor no identificado la facilidad de recomendarle ante los operadores del Insabi para ser proveedor de ciertos medicamentos controlados de fuente única con una ganancia de entre 15 y 25%. La situación, le explica, es que hay muchos contratos que están a punto de romperse porque los proveedores dejaron de surtir y, por tanto, al Insabi le urgirá comprarlos.

En la llamada Piazzini le ofrece a su interlocutor ayudarlo para que el Insabi le adjudique y queda de pasarle la lista de medicamentos; Piazzini le deja claro que no hay problema con el precio, que la condición es que sí tenga capacidad de cubrir las cantidades requeridas, pero sobretodo que no sean de Psicofarma, Pego, Asofarma y otros laboratorios asociados.

Contamos con la grabación y transcripción que está a disposición de quien quiera escucharla o leerla.

Enmedio de este escandaloso asunto, ahora es claro que hace mucho sentido aquella propuesta legislativa presentada por el diputado Éctor Jaime Ramírez Barba de reformar la Ley General de Salud para dar plena autonomía al CSG y que pueda fungir su rol como órgano rector para que adquiera capacidad de respuesta ante situaciones que pongan en riesgo la salud de la población.

Al CSG, conforme la ley, le toca dictar las medidas en emergencia sanitaria, incluir sin influencia interesada los nuevos insumos al Compendio y definir las enfermedades de gastos catastróficos que requieren financiarse. No tendría por qué estar controlado por una Subsecretaría de Salud. Su titular tendría que ser reconocido en el ámbito de la salud y las decisiones tendrían que tomarse en forma colegiada con la participación de los vocales, incluidos no sólo los titulares del IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena, CCINSHAE, sino también los secretarios de Hacienda, de Educación y de Economía, así como las principales academias médicas y universidades públicas.

En vez de eso, hoy se ha convertido en un órgano acomodaticio que sólo obedece en función de lo que requiera el Insabi, la institución que no ha podido dar resultado en el abasto de insumos ni en la cobertura de los no derechohabientes ni en ninguna de las acciones que le corresponden, generando un sistema de salud inoperante.

AMID cambia de presidente

La Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (AMID) llevará   a cabo su asamblea anual el 16 de febrero, donde habrá cambio de su mesa directiva. Terminaron los dos años de Alejandro Paolini, director de Siemens Healthineers, a quien le tocaron retos fuertes pero obtuvo logros importantes como por ejemplo que en las compras públicas se separara material de curación y dispositivos respecto de los medicamentos. Paolini le pasará la estafeta a Héctor Orellana, director general de Medtronic; como primer vicepresidente quedará Carlos Escobar, director general de Baxter, quien se perfila como el siguiente presidente; y como segundo vicepresidente Joao Carapeto, director general de Roche Diagnostica.

AMIIF dona medicamentos por $44 millones

La Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), que dirige Cristóbal Thompson, representa a 59 empresas de capital nacional e internacional líderes en investigación farmacéutica y biotecnología. Y hace unos días reportó en su cuarto Informe Anual de Impacto Social donde habló de las donaciones que hacen sus afiliadas. Por ejemplo donaron más de 44 millones de pesos en medicamentos. Adicionalmente,

34.1 millones de pesos a proyectos vinculados con grupos vulnerables -6 millones más que en 2021-, sobretodo adultos mayores, indígenas, primera infancia, inmigrantes, personas con discapacidad, mujeres en situaciones vulnerables y comunidad LGBT+.

Acuerdo de Servicio Social entre AstraZeneca y Universidad Lasalle

Resulta que en México es creciente la demanda de médicos en la industria farmacéutica. Y un hecho representativo de lo que puede venir hacia adelante en este ámbito es el programa que en este mes de febrero arranca el laboratorio AstraZeneca. En principio firmó el primero acuerdo entre una farmacéutica y una universidad. Fue con la Facultad de Medicina de la Universidad Lasalle y consiste en que pasantes de medicina podrán hacer su servicio social en áreas de investigación de la empresa. El principal objetivo, nos dice Alberto Hegewisch, director médico de AstraZeneca, es mostrar las diferentes actividades que realizan las áreas de asuntos médicos e investigación, y apoyar con diferentes entrenamientos en habilidades de liderazgo, toma de decisiones, finanzas, diseño de estudios clínicos, entre otros.

maribel.coronel@eleconomista.mx

Comunicadora especializada en temas de salud pública e industria de la salud. Cursó la maestría en Administración en Sistemas de Salud en FCA de la UNAM. Forma parte de la iniciativa www.HospitalsinInfecciones.com. Fundadora en 2004 de www.Plenilunia.com, plataforma de contenidos sobre salud femenina.

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