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Opinión

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Banorte e Ixe: ¿tercer lugar?

Banorte, de Roberto González Barrera, e Ixe, capitaneado por Enrique Castillo Sánchez, anunciaron ayer formalmente su intención de alcanzar una alianza.

González Barrera quiere convertir a Banorte en el tercer banco mexicano.

De concretarse la operación, Banorte se convertiría en la tercera institución más importante de México medida por el tamaño de sus activos, crédito, depósitos, sucursales y red comercial.

Además sería el banco más grande controlado por accionistas mexicanos.

La estrategia de Roberto González Barrera ha sido la de colocarse en el mercado como el banco de México. Y su crecimiento y fortalecimiento se ha fincado a través de la compra de otras instituciones.

Banorte ha demostrado en los hechos que es capaz de digerir rápida y eficientemente a varios bancos. E incluso ha realizado muchas operaciones -en el contexto de las acciones que realizó el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) luego de la crisis bancaria- que han sorprendido en el universo bancario que opera en México.

La posición de Banorte tanto como estrategia mercadotécnica, como filosofía institucional, ha sido la de un banco controlado por inversionistas mexicanos.

En los distintos episodios de la historia reciente, en los que han arreciado los aires nacionalistas, González Barrera y su director Alejandro Valenzuela han destacado la importancia de que los bancos mexicanos respondan a los intereses nacionales.

De hecho, Banorte fue participante pro activo en aquel capítulo en el que estuvo a punto de constituirse una organización de bancos nacionales.

Sin duda han mantenido una firme congruencia en el discurso y en la acción en ese sentido.

No hace mucho, se supo extraoficialmente del interés de Roberto González Barrera por comprar a Banamex cuando esta última institución se vio inmersa en la intensa discusión sobre la presunta violación de las leyes nacionales en torno de la tenencia accionaria en posesión de inversionistas extranjeros.

En aquellos momentos, Citi estuvo en el ojo del huracán por la inyección de capital que realizó el gobierno de Barack Obama, presidente de Estados Unidos a algunas instituciones bancarias de ese país.

Hubo incluso quienes dijeron que desde Banorte coadyuvaron a la intensificación de los vientos nacionalistas que en el extremo planteaban la exigencia de que Citi vendiera Banamex.

Aunque se trata de un acuerdo no vinculatorio; es decir, que no obliga a la fusión, el objetivo es alcanzar una mayor generación de valor conjunto.

El también dueño de Maseca se ha convertido en una especie de leyenda en el mundo bancario mexicano. Ha venido de abajo hasta la cúspide.

Del escepticismo e incredulidad en torno de su capacidad para gestionar a un banco, por ser un hombre proveniente de otro tipo de negocios, se ha posicionado como uno de los más audaces sobrevivientes de la crisis bancaria y más aún como un banquero audaz pero suficientemente prudente.

El episodio más intenso que ha vivido fue sin duda el que tuvo que ver con el manejo de instrumentos derivados, que pudo superar rápidamente. A la fecha mantiene el crédito más voluminoso que se le haya concedido a la caída línea aérea Mexicana de Aviación.

Sin embargo, ése en realidad no representa mayor problema para la institución.

Banorte ha venido participando activamente en la reestructura de Mexicana, pero sin comprometerse como inversionista, aunque en el gobierno aseguran que eventualmente podría capitalizar su deuda.

Su inminente socio, Ixe, apenas hace unos días se descartó como inversionista en Mexicana. Ixe ha destacado como banca de nicho.

Sin duda, el matrimonio entre ambas instituciones promete. Al tiempo.

CUENTOS VERAS

El subsecretario de Comunicaciones, Humberto Treviño, lo tiene muy claro. Para Aviacsa hay dos vías: una es la del concurso mercantil, en donde se tiene que buscar la reestructura financiera, y otra es la del eventual retorno a la operación. Para el funcionario, Aviacsa, con los inversionistas que ya levantaron la mano, podría volver a operar siempre y cuando cumpla con los requisitos de seguridad indispensables que impone la autoridad.

Si cumple y además exhibe la capacidad económica como para prepagar sus necesidades de combustible y otros insumos, no tendrá problema para volver a operar.

En el caso de Mexicana de Aviación, Treviño afirma que se analizan todos los esquemas incluido aquél en el que las tripulaciones capitalizarían sus pensiones tanto como Banorte el crédito que le concedió a la aerolínea. Los trabajadores podrían ser accionistas mayoritarios de Mexicana de Aviación.

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