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Análisis de pensiones de la OCDE

Federico Rubli Kaiser | Expectativa racional
La OCDE elabora bianualmente una publicación que provee datos y análisis muy completos sobre la evolución y situación pensionaria de sus países miembros. Permite realizar comparaciones internacionales de sistemas pensionarios. El organismo acaba de dar a conocer la onceava edición de dicho estudio denominado “Pensions at a Glance 2025” (Las pensiones en un vistazo). Es la referencia obligada para los estudiosos del tema de pensiones en cualquier país. Puede obtenerse en forma completa en el web de la OCDE.
En esta edición 2025, el informe presenta las principales reformas y cambios en diversos sistemas de pensiones, un análisis de brecha de género en las pensiones, análisis del contexto demográfico, el diseño de sistemas y un análisis de los derechos a una pensión bajo diversos escenarios. Sobre las tendencias de reforma mundial, en particular sobre México, describe el cambio de la reforma de mayo de 2024, con el objetivo de equilibrar la tasa de reemplazo (TR) de los cotizantes de menores ingresos en el sistema Afore de contribución definida. El nuevo diseño implica asegurar una TR de 100% hasta un tope de salario mensual promedio calculado al momento de la adopción de la reforma. El faltante entre la pensión calculada y ese tope lo provee el gobierno con recursos del Fondo de Pensiones del Bienestar (FPB) creado para ese fin. El problema son las fuentes de financiamiento para constituir el FPB. El gobierno describió una serie de fondeos no muy viables y también se le ocurrió la muy mala idea de allegarse los recursos de las cuentas inactivas en las Afores y que por ende no hayan sido reclamados por su titular. La OCDE reconoce en general que la iniciativa de mejorar las pensiones de los de menores ingresos del sistema Afore es buena. Pero cuestiona su financiamiento a lo largo del tiempo, lo que inevitablemente representará mayores presiones sobre las ya de por sí muy apretadas finanzas públicas.
Finalmente, el último capítulo presenta un análisis profundo, bastante único sobre los ingresos y la pobreza de los adultos mayores.
Al respecto, es interesante que, de las fuentes de ingresos de los adultos mayores a 65 años de México, la mayor parte son los ingresos por trabajo (50%), luego las transferencias ocupacionales privadas (26%), transferencias públicas (13%) y recursos de capital (11%). Es decir, llama la atención que, a pesar de los programas sociales, las transferencias públicas son bajas como fuente de ingreso para los adultos mayores y estos siguen trabajando después de los 65, presumiblemente obteniendo un ingreso en la economía informal. En comparación, los promedios de la OCDE son: transferencias públicas 55%, trabajo 28%, capital 9% y privadas 8%.
De acuerdo con la OCDE, la tasa de pobreza en el total de la población es 16% mientras que esa tasa en los adultos mayores es 20%. Los promedios de la OCDE son, respectivamente, 11% y 15%. Finalmente, sobre la desigualdad del ingreso en adultos mayores, México tiene el segundo peor coeficiente de Gini del ingreso disponible de adultos mayores (0.433), solo superado por Costa Rica (0.486). Ese Gini promedio de la OCDE es 0.308. Es decir, México tiene una alta desigualdad de ingresos entre las personas mayores a 65 años.

