Lectura 4:00 min
El Caribe: un mercado estratégico para México en turismo, entretenimiento y alimentos

Opinión
El Caribe vive uno de los momentos más dinámicos de su historia reciente. Tras la recuperación del turismo internacional posterior a la pandemia, la región no solo ha alcanzado nuevamente sus niveles de ocupación hotelera, sino que los ha superado en varios destinos. Países como República Dominicana, Jamaica y Curazao han fortalecido su promoción internacional mediante una presencia activa en ferias y foros especializados del sector turístico.
Para el turismo internacional, las islas del Caribe se han convertido en un verdadero espacio de experiencias, con una oferta que combina hoteles todo incluido, resorts de lujo, cruceros, parques temáticos, centros de convenciones y una propuesta gastronómica cada vez más sofisticada, multicultural y exigente. Este crecimiento implica un reto operativo clave para los hoteles y operadores turísticos: asegurar un abastecimiento constante durante todo el año; con trazabilidad, calidad, sabor y servicio.
En este contexto, México se posiciona como un proveedor estratégico natural. Nuestro país se encuentra, en promedio, a cinco días de navegación de los principales puertos del Caribe, frente a los más de 22 días que requieren muchos de sus actuales proveedores, con excepción de Estados Unidos, que también cuenta con rutas directas y rápidas.
Además de alimentos y bebidas, México tiene la capacidad de suministrar una amplia gama de productos que demanda la industria turística caribeña, como textiles, mobiliario, equipo de oficina, maquinaria para climatización y equipamiento especializado, lo que amplía significativamente el potencial de negocio.
Existe una gran oportunidad para México; sin embargo, también hay retos estructurales que deben atenderse. Al no existir un acuerdo comercial entre México y la región del Caribe, los productos mexicanos ingresan pagando un arancel promedio cercano al 20%. Aun así, muchos compradores continúan optando por proveedores mexicanos ante la falta de alternativas confiables en la región.
De acuerdo con cifras de Trade Map del Centro de Comercio Internacional, el potencial está lejos de haberse aprovechado. Las exportaciones mexicanas hacia los países del Caribe ascienden apenas a 650,215 dólares, lo que coloca a México como el décimo socio comercial de la región, una posición que no corresponde con nuestra cercanía, capacidades productivas ni vocación exportadora.
México se encuentra, por tanto, ante una oportunidad histórica. La combinación de cercanía geográfica, afinidad cultural, prestigio gastronómico y capacidad industrial nos coloca en una posición privilegiada para convertirnos en proveedor estratégico del Caribe en sectores clave como alimentos, bebidas, insumos para hotelería, experiencias gastronómicas y soluciones para el entretenimiento.
Desde el COMCE trabajamos activamente con proveedores mexicanos para acercar la gastronomía nacional a los hoteles y operadores turísticos del Caribe. Productos como salsas, marinados, adobos, frijoles, tortillas, nachos y tamales despiertan un alto interés, al ser fundamentales para presentar platillos auténticos y estandarizados, altamente valorados por los consumidores internacionales.
Además del tema arancelario, es indispensable abrir protocolos sanitarios específicos en cada isla, particularmente para alimentos preparados con contenido cárnico, que hoy cuentan con alta demanda, pero aún enfrentan restricciones.
Por ejemplo, en el COMCE trabajamos para la apertura de protocolos en República Dominicana y Jamaica, con el objetivo de avanzar en la exportación directa de frutas, vegetales y alimentos preparados con productos cárnicos provenientes de plantas certificadas TIF.
De cara a 2026, nuestro programa de trabajo contempla un proyecto estructurado de diversificación de mercados hacia el Caribe enfocado en: abastecer a hoteles, resorts y cadenas todo incluido; atender la creciente demanda de cruceros internacionales; y suministrar tanto productos como soluciones a restaurantes y operadores de foodservice.
El objetivo es claro: abrir al Caribe como un mercado natural para el sector agroalimentario mexicano, con modelos de exportación viables, cumplimiento sanitario, eficiencia logística y propuestas de valor alineadas a las necesidades reales del mercado.
El Caribe ya no es un mercado de nicho; es un mercado estratégico con grandes oportunidades para que las empresas mexicanas exploren de manera más cercana las iniciativas en marcha, identifiquen proyectos en desarrollo y acompañen una etapa de mayor presencia de nuestro país en esta región. El respaldo y la experiencia institucional del COMCE pueden ser un complemento ideal para cumplir este objetivo.
México tiene el talento, los productos y la experiencia para lograrlo.