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Cómo entender ?una inflación tan baja

Por primera vez en muchos años, vamos a presenciar cambios fiscales que no alterarán mayormente la inflación. Recuerde que el gobierno ha sido el principal factor de presiones en la inflación anual en lo que va de este siglo.

De acuerdo con el Informe Trimestral sobre Inflación publicado por el Banco de México el día de ayer, el impacto total de los cambios impositivos contenidos en la reforma fiscal, considerando efectos directos e indirectos, será de 40 puntos base sobre la inflación estimada para el 2014.

Ello quiere decir que difícilmente la tasa de inflación anual se ubicaría por encima de 4 por ciento. La Encuesta de Expectativas de Analistas de Mercados Financieros que publica Banamex estima que, al cierre del 2013, habrá una inflación muy cercana a 3.5% (3.54 por ciento).

Si hacemos caso a estas estimaciones, debemos considerar que la inflación subyacente, aquélla a la que se le excluyen los incrementos en precios de bienes agropecuarios, de energía y tarifas públicas (los que normalmente establece el gobierno), se ubicará por debajo de 3%, tanto en este año, como durante el próximo.

La causa de este comportamiento es la fuerte debilidad de la demanda agregada nacional. El entorno de crecimiento ha sido tan flojo que la capacidad de muchas empresas productoras de bienes y servicios para aumentar sus precios ha sido escasa.

Lo mismo pasa en los comercios. Si observamos que el crecimiento de las ventas a tiendas iguales en los almacenes de autoservicio, aun en octubre, continúa decreciendo con relación al año pasado; los argumentos para los comercios en favor de incrementar precios o aumentar ofertas están ausentes.

El Banco de México anticipa un amplio grado de holgura en la economía por un período prolongado. La brecha del producto, es decir, la diferencia entre el crecimiento actual de la economía y su crecimiento potencial es muy amplia. Además, arguye factores favorables como la trayectoria de baja esperada en precios internacionales de materias primas o la abundancia de agua en el sector agrícola para predecir pocas presiones.

En su informe, destaca que los riesgos a la baja para el crecimiento se mantienen elevados. Si realmente se consolida un escenario de menor inflación, es probable que sigamos discutiendo sobre la debilidad de la economía.

Por lo anterior, es muy importante que se logre consolidar una recuperación durante el próximo año y mejorar las expectativas de los agentes. Dos factores fundamentales para que ello suceda son la aceleración del crecimiento en la economía de Estados Unidos y la mayor dinámica del gasto público.

Si usted es de los que está cuestionándose cómo es que hablamos de una inflación casi ausente, piense en que los incrementos de precios en muchas mercancías y servicios en comparación con el año pasado son efectivamente muy bajos o nulos. Considere que uno de los productos con mayor incremento en precio es la gasolina. Piense en que la situación apremiante de muchas familias proviene de la falta de empleo o de la marcha débil de muchos negocios pequeños.

Sufrimos por un bajo crecimiento y por una disminución de los ingresos disponibles (a muchos nos quitará más el gobierno a partir de enero); no por una escalada de precios sin control.

Quizás, al igual que en muchas partes del mundo, una mayor inflación sería deseable siempre y cuando se pudiera reactivar una demanda que desde la crisis del 2008 está apagada y que en México se derrumbó a lo largo del año. Aquí, en nuestro país, el gobierno se propone hacerlo vía la concreción de reformas y un gasto público mayor, ojalá y lo logre.

*Rodolfo Campuzano Meza es director de Estrategia y Gestión de Portafolios de Invex. Cualquier pregunta o comentario puede ser enviado al correo: perspectivas@invex.com. Twitter: @invexbanco

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