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Portafolio de análisis: Perspectivas económicas para 2026

Columna invitada

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La encuesta de Banxico  publicada el 01 de diciembre ajustó a la baja la expectativa de crecimiento del PIB de 0.5% a 0.39% para el cierre de 2025.Shutterstock

Estamos llegando al término del 2025, año caracterizado por el escaso dinamismo de la economía mexicana, en un escenario complejo tanto en el ámbito nacional como internacional. 

La falta de certeza jurídica derivada de la reforma al Poder Judicial ha generado incertidumbre y en consecuencia ya se refleja en los bajos niveles de inversión en el país. Aunado a lo anterior, se suma un entorno internacional caracterizado por tensiones comerciales y elevados aranceles como producto de las políticas comerciales de los Estados Unidos, no únicamente hacia México, sino prácticamente con todos sus socios comerciales. 

Las previsiones económicas que se realizan tanto en México, como a nivel de los organismos internaciones, estiman un escaso crecimiento al cierre de presente año y una ligera recuperación para el 2026, situaciones que se avizoran complicadas ante unas finanzas públicas cada vez más presionadas por su estrecho margen de maniobra para impulsar estrategias que promuevan el crecimiento económico.

De lo ocurrido en 2025

El año que está concluyendo estuvo caracterizado por una intensa agenda política en el primer año de gobierno de nuestra presidenta, en donde destacó la elección y posterior conformación de la nueva estructura del Poder Judicial, la desaparición de órganos autónomos y en general de una mayor concentración de los integrantes del partido que nos gobierna en los tres poderes que conforman nuestra vida institucional, con las consecuentes repercusiones en el ámbito económico.

Uno de los indicadores que mayormente reflejan esta situación es el de la inversión y el consumo privado, los cuales conjuntamente representan el 80% del PIB de nuestro país. La inversión cayó 0.3% en septiembre, en tanto que el consumo se estancó con respecto al mes anterior, conforme a las cifras del INEGI.

Específicamente es de llamar la atención que la caída de la inversión fue de 8.4% de manera anualizada. Cabe destacar que la inversión en la industria de la construcción disminuyó en 10.2% y la correspondiente a maquinaria y equipo lo hizo en 6.1%, ambas de manera anualizada. 

Por su parte, se observó una menor inversión en infraestructura, la cual acumuló una caída de 29.1% de enero a octubre del presente año.

Las estimaciones más recientes realizadas por Banxico consideran que al cierre del año habremos crecido en 0.3%, muy distante de las estimaciones iniciales que lo ubicaban entre 0.5% y 1.5 por ciento. 

La situación se torna más compleja con los datos de la debilidad de las finanzas públicas, el barril sin fondo que representan los miles de millones de pesos que se destinan a Pemex, así como el elevado nivel de deuda pública, donde esta última se estima represente el 53.1% del PIB al cierre del 2025.

En lo que se refiere al escenario internacional, sobre todo por el efecto locomotora que tiene el comportamiento económico de nuestro principal socio comercial, se estima que EU registre al cierre de 2025 un menor crecimiento (-2.0%), frente al 2.8% que se observó en 2024. Lo anterior en buena medida a consecuencia de que los aranceles más altos se han traducido gradualmente en precios más altos que en consecuencia han desalentado el consumo de los hogares y la inversión empresarial.

Lo que esperamos en 2026

La encuesta aplicada por el Banxico en noviembre y publicada el 01 de diciembre ajustó a la baja la expectativa de crecimiento del PIB de 0.5% a 0.39% para el cierre de 2025. 

En tanto que para 2026 la expectativa también se ajustó de 1.32% a 1.29%, considerando que en la encuesta de enero pasado la estimación era de 1.75%. Es importante mencionar que también la OCDE ajustó las estimaciones de crecimiento para nuestro país, al ubicarlas en 0.7% para 2025 y de 1.2% para 2026.

Dentro de las variables que la OCDE destaca con un buen desempeño para la economía mexicana se encuentran el bajo nivel de desempleo, la moderación de la inflación y la tendencia a la baja de las tasas de interés seguramente impulsarán el consumo. 

Aquí es importante detenernos brevemente en el tema de las cifras alegres del desempleo, ya que en buena medida corresponden a empleos generados en la economía informal. El empleo en octubre pasado aumentó por la cifra de 1’485´501 trabajadores que se incorporaron a la informalidad, contra las 455 586 plazas formales que se perdieron, todo ello comparado con respecto a octubre de 2024. 

De esta manera la tasa de informalidad laboral se ubicó en 55.7%, mientras que hace un año era de 54.1%, reflejando por lo tanto un gran deterioro en la calidad de los empleos generados.

Sin lugar a duda, la variable que mayormente preocupa a los analistas es la correspondiente a las finanzas públicas, ya que a menor dinamismo económico menor generación de impuestos, sobre todo que se tiene un gasto público con escaso margen de maniobra, comprometido mayormente con las pensiones, los programas sociales y sobre todo para el pago de la deuda pública. 

Por ello la OCDE señaló que ante la ausencia de una reforma fiscal se estime que el gobierno terminará con un déficit fiscal de 3.6% como proporción del PIB para este año y el próximo.

Finalmente, es importante destacar que ante un socio comercial belicoso con políticas comerciales agresivas que no le abonan a la viabilidad de la economía mexicana, por lo menos debemos tener la capacidad interna para generar certidumbre y confianza entre los actores económicos propios para promover el crecimiento económico.

* José C. Femat es economista con postgrado en historia y desarrollo económicos.Rodolfo  Salazares economista con postgrado en administración y finanzas.

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