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El Empresario

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Hacer una pausa y marcar el rumbo, la clave en tiempos de disrupción: Victoria Roos

El liderazgo efectivo ya no depende de tener todas las respuestas, sino de construir confianza y conectar con el propósito.

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Victoria Roos Olsson, especialista en desarrollo de talento y consultora de Franklyn Covey.Elizabeth Meza.

Elizabeth Meza Rodríguez

En un entorno empresarial de incertidumbre y cambio acelerado, impulsado por la tecnología, el liderazgo enfrenta uno de sus mayores retos. Para Victoria Roos Olsson, especialista en desarrollo de talento, la pregunta no es cómo evitar la disrupción, sino cómo liderar en ella.

En entrevista Victoria Roos detalla que ante este panorama los líderes necesitan reconocer que el cambio es constante y tomarse una pausa para definir hacia donde ir y cómo involucrar al equipo en el camino.

En el mundo de hoy, todo avanza cada vez más rápido, pero necesitamos detenernos, respirar y después marcar el rumbo”, explica.

Liderar desde la conexión

Victoria Roos menciona que “los lideres requieren crear espacios donde las personas se sientan vistas y escuchadas”, puesto que el liderazgo actual no se trata de resolverlo todo en solitario, sino de construir vínculos y alinear al equipo con un propósito compartido.

“¿Cómo consigo que las personas conecten con el propósito y quieran dar el siguiente paso? Eso empieza con la conexión humana. El líder debe acompañar, no solo dirigir”, dice.

Parte de ese rol implica alternar entre tres perfiles: el soñador que visualiza el futuro, el diseñador que estructura el camino y el hacedor que ejecuta. La habilidad está en saber cuándo activar cada faceta.

El ciclo de la disrupción 

Victoria Roos explica que los líderes que logran convertir la disrupción en una oportunidad, siguen un patrón común que avanza en cuatro fases: discernir, actuar, lograr y refinar.

1. Discernir: El primer paso consiste en detenerse, observar y tomar perspectiva antes de reaccionar. Roos describe distintos perfiles de quienes enfrentan la disrupción, desde los “pioneros”, que buscan caminos nuevos; los “puentes”, que guían con calma a sus equipos; los “recolectores de leña”, que analizan el entorno antes de moverse; o los “portadores de antorcha”, que iluminan la ruta en momentos inciertos. No se trata de responder rápido, sino de responder con claridad.

2. Actuar: Tras discernir la ruta, el siguiente paso es encarnar los comportamientos que distinguen a los “disruptores positivos”. Victoria Roos explica que actuar en la disrupción requiere pensar con claridad para generar nuevas ideas, observar con visión de futuro sin perder de vista la realidad, y escuchar más allá de lo evidente.

3. Lograr: La disrupción no ocurre de forma aislada; transforma relaciones, dinámicas y estructuras dentro de las organizaciones. Por ello, recomienda a los líderes mantenerse abiertos y evolucionar junto con sus equipos.

4. Refinar: Después de obtener resultados, es necesario hacer una pausa para evaluar qué funcionó, qué no y qué debe ajustarse. Esta etapa evita que los equipos vuelvan al piloto automático.

Un liderazgo por redefinir 

Aunque la pandemia quedó atrás, sus efectos siguen redefiniendo la cultura laboral. Muchas organizaciones continúan buscando su modelo ideal entre el trabajo híbrido, la automatización y la integración de nuevas tecnologías. A ello se suma la llegada de la Inteligencia Artificial, un cambio que, según la especialista, “aún está en pleno desarrollo y obliga a replantear cómo se lidera y cómo se construyen equipos dinámicos, resilientes y adaptables”.

Para Victoria Roos, los líderes más valientes son aquellos que aceptan la disrupción como una oportunidad, no como una amenaza. "Estamos buscando nuestro camino, pero quienes se atrevan a experimentar serán los que lleven a sus organizaciones al siguiente nivel", afirmó.

Brechas de género, el reto pendiente 

La consultora de Franklyn Covey, también dice que uno de los desafíos del liderazgo es la participación de las mujeres en puestos estratégicos.

Destaca que mientras los hombres suelen postularse a una vacante cuando consideran que cumplen con el 60% de los requisitos, las mujeres tienden a hacerlo solo cuando se sienten 100% preparadas. Esa diferencia frena el avance de perfiles altamente calificados que podrían aportar perspectivas distintas al liderazgo empresarial.

Por ello, considera esencial que las organizaciones adopten procesos que identifiquen talento más allá de la autopercepción. “No se trata solo de quién levanta la mano. Una mujer con 90% de preparación puede sentirse todavía no lista. Las empresas deben abrir espacios más equitativos y las mujeres permitirse avanzar incluso sin cumplir cada punto”, señaló.

Un liderazgo más humano

Para Victoria Roos, el liderazgo del futuro, y del presente, exige visión, estructura y acción, pero, sobre todo, humanidad. Hacer pausas estratégicas, conectar con las personas, involucrarlas en el propósito común y construir entornos donde cada integrante del equipo pueda aportar su potencial son los pilares para navegar la disrupción constante.

En un momento en el que las empresas enfrentan múltiples transformaciones, desde tecnológicas hasta culturales, Roos invita a liderar no desde la certeza, sino desde la capacidad de adaptarse, escuchar y avanzar con el equipo como aliado.

Elizabeth Meza Rodríguez

Editora El Empresario. Periodista especializada en emprendimiento, pymes, creación de negocios, management y liderazgo. Desde el 2017 coordina El Empresario.

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