Buscar
Gestión

Lectura 3:00 min

En pro de las PYMES turísticas y culturales

Nunca deje de lado sus ventajas competitivas. En México, las pequeñas y medianas empresas pueden sacar provecho de la cultura y el turismo.

Como lo describió por primera vez Adam Smith, la riqueza de las naciones estuvo vinculada desde tiempos inmemoriales a la abundancia de recursos naturales y a una adecuada dotación de factores de la producción.

A las ventajas derivadas de tan favorable distribución les llamó ventajas comparativas.

Por ello, a lo largo de la historia conocimos numerosos ejemplos de países que gracias a sus ventajas comparativas dominaron en su momento, el comercio y la industria de ciertos productos.

Con el tiempo, las naciones aprendieron incluso a construir ventajas en productos y sectores en los que la madre naturaleza no les había dado una ventaja natural frente a otros países.

Esas ventajas se construyeron más bien con base en la tenacidad, la especialización, el incremento de la productividad y la capacidad de innovar y estar a la vanguardia de la producción en esos bienes.

Nacieron así las ventajas competitivas a través de las cuales las naciones pudieron competir y aventajar a otras gracias a una verdadera especialización. Hoy, las ventajas comparativas han perdido relevancia, sobre todo ante las grandes ventajas competitivas que los países desarrollados han adquirido y fortalecido.

La vocación de los países avanzados, sobre todo gracias a esas ventajas competitivas, se sitúa en especial en los bienes de muy alto valor agregado.

La manufactura ha decrecido su importancia y son las industrias del conocimiento, las industrias limpias, las que han aumentado significativamente su importancia.

Algunos países en desarrollo han logrado también establecer claras ventajas en la producción de determinados bienes.

La India en software, Corea en la industria electrónica, Brasil en un sector de la industria aeronáutica y en la producción de biocombustibles, y México en todo caso, en la industria de autopartes.

Sin embargo, en la vorágine de la competencia moderna pudiéramos encontrar utilidad en volver los ojos hacia nuestras ventajas comparativas originales.

No me refiero al petróleo ni a la plata, ni tampoco al tequila. Me refiero a dos industrias en las que México tiene pocos rivales mundiales: el turismo y la cultura.

La herencia cultural de México en el mundo es reconocida ampliamente al igual que sus bellezas naturales. Deberíamos iniciar un gran esfuerzo para crear PYMES turísticas y culturales que aprovechen las ventajas comparativas del país. Si esto sucede, podríamos transformarlas en el futuro en ventajas competitivas.

agonzalez57@gmail.com

*Director Ejecutivo de Incubadoras y Aceleradoras del Sistema Tecnológico de Monterrey.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí
tracking reference image

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete