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¿Por qué ha subido tanto de precio el aceite de oliva?
Entre 2022 y 2025, el costo en los anaqueles mexicanos subió hasta un 130%, impulsado por factores globales como las malas cosechas en el Mediterráneo.
El precio del aceite de oliva ha sido tema de debate en los últimos años debido a su notable aumento. Entre 2022 y 2025, el costo en los anaqueles mexicanos subió hasta un 130%, impulsado por factores globales como las malas cosechas en el Mediterráneo, el aumento de los costos de energía y transporte, y una creciente demanda.
En 2024, la crisis comenzó a mostrar signos de alivio gracias al incremento en la producción de aceite de oliva en España, principal productor mundial. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la producción alcanzó 1.26 millones de toneladas, un aumento del 48% respecto al año anterior. Este repunte ha reducido los precios máximos históricos en un 20%, aunque esto no ha sido suficiente para aliviar el costo.
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Aceite de oliva
En México, el aceite de oliva representa solo el 1.16% del consumo de grasas vegetales, de 135 gramos por habitante anuales, muy por debajo de países como Brasil 500 gramos. Sin embargo, entre 2019 y 2021, las ventas en el país crecieron un 84%, reflejando un cambio hacia opciones más saludables. Además, el 97.78% de las importaciones mexicanas provienen de Europa, con España dominando el mercado.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, los principales proveedores del aceite de oliva que consume México fueron España (112 millones de dólares), Italia (9.46 millones) y Túnez (8.17 millones).
Con los datos de consumo más reciente por parte de la Secretaría de Economía de 2023, el comercio total de aceite de oliva en México alcanzó los 152 millones de dólares, con un notable predominio de las importaciones sobre las exportaciones. La Ciudad de México lideró las compras internacionales con 88.9 millones de dólares, seguida por Nuevo León con 22.7 millones y el Estado de México 12.9 millones.
A pesar de la creciente demanda nacional, México mantiene un déficit comercial en este rubro, lo que subraya su dependencia de mercados europeos para abastecerse.
Aunque el aumento de la producción española alivia parcialmente la crisis, el impacto en los precios finales podría tardar debido a los contratos de suministro anticipados. En México, la fidelidad a los aceites europeos y el crecimiento del interés por la alimentación saludable auguran un mercado con gran potencial de expansión, pero también desafíos ante la volatilidad global de precios.