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Bistronomie

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¿Cómo reconocer un auténtico aceite de oliva?

Un buen aceite de oliva destaca por su pureza, acidez y calidad en sabor, te damos algunas claves para seleccionar el mejor para ti.

El aceite de oliva virgen extra no es solo un aderezo; es un pilar de la gastronomía mediterránea, que cada día se populariza en las cocinas mexicanas y es un tesoro de beneficios para la salud. Sin embargo, distinguir entre un auténtico aceite de calidad y uno procesado puede ser un verdadero reto. ¿Qué debemos buscar para asegurarnos de que lo que llevamos a casa es realmente el oro líquido que tanto valoramos?

El verdadero aceite de oliva es un jugo puro obtenido directamente de aceitunas, mediante procesos mecánicos y a bajas temperaturas. Este método garantiza que el aceite conserve sus propiedades nutricionales y del gusto, por su aroma y sabor .

Pero no todo lo que brilla es oro. Muchas veces encontramos aceites etiquetados como de oliva que en realidad son mezclas de aceites refinados y, en el mejor de los casos, contienen una fracción de aceite virgen. La clave está en leer las etiquetas y buscar información precisa.

¿Cómo identificarlos?

Índice de acidez: este valor refleja la calidad de las aceitunas utilizadas. Un buen aceite tiene una acidez menor a .5º, lo que indica que las aceitunas no sufrieron daños significativos antes de la extracción.

Prensado en frío: sólo los aceites obtenidos a temperaturas bajas conservan intactos sus antioxidantes y vitaminas. Busca esta indicación en la etiqueta.

Cristal oscuro o latas: el envase importa. El aceite es sensible a la luz y al calor, así que opta por botellas de cristal oscuro o latas que protejan su contenido.

Parámetros de calidad adicionales: algunos aceites de alta calidad destacan información como el índice de peróxidos y la absorción ultravioleta. Aunque puedan parecer datos técnicos, son indicadores clave que garantizan la excelencia del producto y eso viene en la etiqueta.

Elegir aceite de oliva

Elegir aceite de olivaFreepik

En México por la falta de información llegan muchas botellas de aceite que son mezclas de distintos tipos; a estos se les llama refinados. Este tipo se obtienen mediante procesos químicos y altas temperaturas que despojan al producto de su sabor y nutrientes originales. Además, suelen incluir aditivos químicos como antioxidantes sintéticos, algunos con posibles efectos nocivos para la salud.

Cocinar con aceites refinados también tiene consecuencias. A temperaturas altas, estos aceites generan sustancias tóxicas como la acroleína, un compuesto cancerígeno. En contraste, el auténtico aceite de oliva puede soportar temperaturas de hasta 160ºC sin perder sus propiedades, siendo ideal tanto para ensaladas como para freír.

Un buen aceite de oliva virgen extra ofrece innumerables ventajas:

Salud cardiovascular: sus grasas monoinsaturadas ayudan a reducir el colesterol malo y aumentan el bueno.

Propiedades antioxidantes: rico en vitamina E, protege las células contra el envejecimiento y refuerza el sistema inmunológico.

Cuidado digestivo: facilita la digestión y alivia trastornos como úlceras y estreñimiento.

Versatilidad: su sabor y aroma mejoran cualquier plato, desde un simple pan tostado hasta elaboradas recetas gourmet.

Invertir en un buen aceite de oliva virgen extra es apostar por la calidad y la salud. En el supermercado o en mercados especializados, busca etiquetas claras y opta por productores confiables. ¿Un consejo extra? Siempre préstale atención a la fecha de cosecha y consume el aceite en un plazo razonable, no mayor a 36 meses para disfrutarlo en su mejor momento.

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