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Arte e Ideas

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"Incendios": como un cuchillo clavado en la garganta

La obra ha sido un verdadero fenómeno en nuestra escena teatral. Desde el año pasado, gracias al boca a boca, la obra de teatro terminó y comenzó varias pequeñas temporadas.

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Incendios ha sido un verdadero fenómeno en nuestra escena teatral. Desde el año pasado, gracias al boca a boca, la obra de teatro terminó y comenzó varias pequeñas temporadas en distintos teatros de la ciudad, que la tuvo en escena casi un año completo. Un verdadero hito para una obra de bajo presupuesto, sin grandes nombres en el reparto, escrita por un dramaturgo prácticamente desconocido en nuestro país, el líbano-canadiense Wajdi Mouawad. Su director, Hugo Arrevillaga, apenas si era reconocido en el mundillo de la escena.

Por Incendios pasaron miles de personas disímbolas, conocedores de teatro y también público de ocasión, ese que es más difícil de conquistar. Todos, sin excepción, salieron conmovidos de la obra de Mouawad.

Así un día la vio Diego Luna. También conmovido, decidió declarar de manera muy concreta su amor por Incendios. Le retomo poniéndose él mismo en el papel de productor y este 2011 la obra regresó a la tablas, esta vez en el Foro Shakespeare.

¿Pero qué tiene esta obra para resultar tan encantadora? Se trata de una tragedia clásica pero para nuestros tiempos. Una obra que minuto a minuto lleva a quien la vea por los senderos de las emociones profundas para acabar tocando algo primal tan escondido que uno no sabía que lo tenía al entrar al teatro.

Nawal acaba de morir. Su testamento es inquietante: han de enterrarla desnuda, con la cara mirando al suelo. Sobre su tumba no habrá ninguna piedra que diga su nombre. Murió dejando promesas sin cumplir. Su única posibilidad de redención queda en manos de sus dos hijos gemelos, Julia y Simón, a quienes ha dejado dos encargos: encontrar al padre al que nunca conocieron y a un hermano, del que no habían tenido noticia antes de la muerte de su madre.

Parece una tare melodramática. No lo es. Simón y Julia, quienes nunca tuvieron una relación fácil con su madre, se verán obligados cada uno por su lado a reemprender los pasos del pasado en una odisea que los llevará al otro lado del océano, a un país herido por una larga guerra civil, un lugar donde una vez existió una mujer que cantaba en su celda de presa política: cantaba cada vez que torturaban a un preso. Cantaba cada vez que la violaban. Cantaba y se volvió así una leyenda. Siguiendo esa historia, Julia y Simón conocerán la verdad de su historia.

Karina Gidi interpreta a Nawal. Es increíble que semana a semana Gidi pueda repetir una actuación tan prodigiosa. Sobre sus hombros cae prácticamente toda la obra. Pero también los jóvenes actores Rebecca Trejo y Pedro Mira como los hijos de Nawal merecen un aplauso, están a la altura de la intensidad de la obra.

En su testamento, Nawal le advierte a sus hijos que la infancia es como una cuchillo clavado en la garganta. Una herida letal que, de sobrevivirse, no cicatriza con facilidad. Incendios es una experiencia que hiere. Una herida que también es su propia cura.

Foro Shakespeare. Zamora 7, Condesa. Viernes a las 8:30 de la noche. Sábado a las 7 de la noche. Domingo a la 6 de la tarde. Entrada: $300

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