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Uso de drones agrícolas en el control de plagas en campos cañeros en Chiapas
Desde su introducción en 2016 en Chiapas, específicamente, en la región del Soconusco, el uso de drones agrícolas ha permitido mejorar la detección temprana de plagas en 30 por ciento.
Opinión
En México, existen 854,000 hectáreas sembradas de caña de azúcar; Chiapas ocupa el quinto lugar en producción con más de 32,000 hectáreas sembradas y un valor de producción que supera los 3,000 millones de pesos.
Este cultivo es fundamental para la economía y el desarrollo social del país. Con base en los datos del Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar, este cultivo genera alrededor de 500,000 empleos directos y más de 2 millones de empleos indirectos.
En la región del Soconusco, conforme a datos del Ingenio Huixtla, la industria azucarera genera alrededor de 25,000 empleos directos, que incluyen a productores, cortadores de caña, trabajadores en los ingenios y 75,000 empleos indirectos en áreas como transporte, comercio, y servicios, lo que fortalece la economía local. Esto convierte al cultivo y a la industria de caña de azúcar, en un pilar clave para la economía rural y el desarrollo social en el estado. SIAP 2023
No obstante, la viabilidad de este sector depende en gran medida del manejo integral del cultivo, sobre todo en el control de plagas.
El manejo inadecuado de plagas puede llevar a pérdidas económicas significativas, tanto por la reducción en la producción como por los costos adicionales necesarios para controlarlas.
Las principales plagas que afectan al cultivo son el salivazo, gusano barrenador y falso medidor, estos insectos dañan las hojas y tallos de las plantas disminuyendo la concentración de azúcares, afectando la eficiencia en la industrialización del cultivo, por lo que resulta esencial implementar estrategias de manejo integrado que incluyan monitoreo, control biológico, y uso adecuado de productos fitosanitarios.
Tradicionalmente, el manejo de plagas en la caña de azúcar depende de métodos manuales y del uso extensivo de pesticidas, lo que no solo es costoso sino también perjudicial para el medio ambiente.
En busca de optimizar las tareas agrícolas y reducir el impacto al medio ambiente, algunos productores, han apostado por el uso de nuevas herramientas tales como, drones agrícolas, control biológico y monitoreo satelital a través de plataformas digitales.
Con la introducción de los drones agrícolas equipados con cámaras multiespectrales y térmicas, los agricultores ahora pueden identificar áreas afectadas en sus campos con mayor antelación y precisión.
Este avance tecnológico permite intervenciones más dirigidas, reduciendo significativamente el uso de agroquímicos, por ende, el impacto ambiental.
Conforme a lo reportado por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, el uso de drones en la agricultura ha crecido 25% anual, reflejando la creciente confianza de los agricultores en esta tecnología, la cual permite la detección temprana de problemas fitosanitarios y una aplicación más eficaz de tratamientos.
Desde su introducción en el año 2016 en Chiapas, específicamente, en la región del Soconusco, el uso de drones agrícolas ha permitido mejorar la detección temprana de plagas en un 30 por ciento. (CNPR).
Además, los productores han reportado un ahorro de hasta el 18% en costos operativos desde que comenzaron a utilizar drones. Estos ahorros provienen no solo de la reducción en el uso de pesticidas, sino también de la disminución de la mano de obra necesaria para el monitoreo del cultivo.
El uso de drones agrícolas está impulsando una agricultura competitiva y sostenible; a medida que más productores se sumen a esta tendencia, es probable que veamos una reducción significativa en las pérdidas de cultivos, y una mejora notable en la rentabilidad del sector azucarero mexicano, en beneficio de los productores.
Sin embargo, la adopción de esta tecnología no está exenta de desafíos, uno de los principales obstáculos es el costo inicial del equipo, que puede ser una barrera importante para su adopción, especialmente para los pequeños productores; aunado a lo anterior, la operación de drones agrícolas requiere invertir en capacitación especializada para cubrir la necesidad de contar con personal competente para el uso de esta herramienta.
Para facilitar la adquisición y manejo de los drones agrícolas, instituciones como los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), apoya a los productores mediante financiamiento, asesoría técnica y programas de capacitación, con la finalidad de incrementar la productividad y reducir los riesgos asociados con el cambio climático y la volatilidad de los mercados, promoviendo así un desarrollo económico más equilibrado y sostenible.
En conclusión, el uso de drones agrícolas en el cultivo de caña de azúcar ha demostrado ser una herramienta valiosa para el control de plagas, mejorando significativamente la eficiencia, la sostenibilidad y la precisión en el manejo del cultivo.
*Ana Cristina Gómez Ovando es promotora de la agencia FIRA en Tapachula. Chis. “La opinión aquí expresada es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA”.