Sentados sobre un volcán

Jürgen Habermas, destacado filósofo alemán, define la posición de los líderes europeos, especialmente de Angela Merkel, de la siguiente manera: Alemania no baila, sino que dormita sobre un volcán . Ello tiene relación con la crisis de estancamiento. La metáfora del filósofo es pertinente.

En el contexto europeo, está la cuestión de que una cosa es la Alemania europea y otra la Europa alemana.

Es una larga historia que hizo de Alemania un imperio en 1871 y después el eje de conflictos que condujeron a las dos guerras mundiales. La cuestión es delicada.

Las élites del poder alemán, después de estas experiencias, prefieren tener un país fuerte dentro de Europa.

Sin embargo, los acontecimientos revelan que el liderazgo alemán ocurre por su importancia económica y porque otros jefes de Estado europeos están entrampados en los problemas internos de sus países y no tienen la fuerza moral y política para asumir posiciones en favor de la Unión Europea y sus instituciones.

Hay todavía un largo camino por recorrer para lograr una unión política, que ahora es parcial y que no permite la operación satisfactoria de la unión monetaria de Europa, y que gestione la demanda interna.

El liderazgo alemán en pocas palabras se concentra en políticas de poco alcance que responden a las necesidades internas de Alemania, basadas en la exportación, pero que eluden los problemas y responsabilidades fundamentales de Europa.

Por eso Habermas se pregunta con toda razón: ¿Fracaso de las élites?

Y responde haciendo una caracterización del embrollo: Todo país democrático tiene los políticos que se merece. Y esperar de los políticos que han sido votados un comportamiento que vaya más allá de la rutina resulta un tanto peculiar. Me alegro de vivir desde 1945 en un país que no necesita héroes. Tampoco creo en el dicho de que los individuos hacen la historia, al menos no por lo general. Solo constato que existen situaciones extraordinarias en las que la capacidad perceptiva y la fantasía, el valor y la disposición a asumir responsabilidades de los individuos marcan la diferencia en el curso de los acontecimientos .

Valiosas observaciones sobre una situación difícil, con crisis económica, burocracias sin mucha imaginación y líderes que en el mejor de los casos hacen un buen diagnóstico, pero que definitivamente no pueden pasar al forcejeo propositivo.

Lo que también es cierto es que después del desmontaje del Estado de bienestar y la cultura que estalló en mayo de 1968, prevalece una política cuya secuela, después de 30 años de vigencia, son Estados débiles y sociedades muy desiguales.

Para México estos acontecimientos son muy relevantes por nuestra inserción en el mundo globalizado y la participación de nuestro gobierno en el G-20. Europa representa 500 millones de consumidores y aporta 26% del PIB mundial. Hay más de 1,000 empresas alemanas en México y muchas más de otros países europeos.