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Opinión

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La autorreferencialidad de la Cofece: asunto de extrema urgencia

La palabrita se ha puesto de moda. La autorreferencialidad es la actitud de quienes analizan todo en función de sus gustos, necesidades y experiencias, sin admitir otros planteamientos que pudieran poner en crisis sus esquemas mentales. El caso es que, con esa actitud,  uno termina empobreciéndose y perdiendo el contacto con la realidad, confinándose en círculos  cerrados en los que se da vueltas una y otra vez a los mismos temas, utilizando los mismos modelos de pensamiento.

De acuerdo al tercer informe de concentraciones de la Cofece de 2023, de 20 concentraciones analizadas fueron autorizadas sin ninguna modificación. Del segundo Informe de concentraciones de 2023, el valor anual de las transacciones resueltas en 2022 asciende a $2,359,291.25 millones de pesos, lo que representa una disminución del 39% respecto al monto registrado en 2021, y de 168 todas fueron autorizadas sin ninguna modificación. Del primer trimestre de 2022, de acuerdo a su Informe General de Concentraciones, se analizaron 88 concentraciones, de las cuales las 88 se autorizaron. En total, de más de 150 de las últimas concentraciones, todas fueron autorizadas sin ninguna anticipación. ¿Suena esto razonable? ¿No habrá cierta autorreferencialidad en la Comisión, especialmente el área de concentraciones, donde su Director General hizo su tesis de maestría sobre la migración y al igual que muchos de sus Directores Ejecutivos sólo han trabajado en la Comisión, por lo que no están al tanto de las tendencias más modernas de la organización industrial en el mundo, en especial Estados Unidos y la Unión Europea? Luego son evaluados por ellos mismos, y con cálculos muy discutibles concluyen que están a la altura de las mejores agencias de competencia del mundo? Por lo menos, la Global Competition Review las pone en el segundo grupo (no el primero) de las agencias de competencia que cumplen su función de proteger el proceso de competencia en los mercados. En 2018 de 183 concentraciones tuvieron el honor de “condicionar una”.

Dice Gabriel Zaid que se podría ahorrar mucho dinero evitando la creación de costosos salarios y puestos piramidales, que podrían utilizarse para promover las tecnologías apropiadas entre las microempresas, cuando lo único que hace tal organismo es confirmar todas las solicitudes de concentración y pagar paracaídas de oro. ¿Cuánto cuestan en burocracia? ¿Qué conocen fuera de la burbuja de cristal en la que viven? Nada, más que la propia Comisión. Por derechos de notificación de concentraciones, según su portal de transparencia, recaudaron 3,527,575.54 pesos, además de su presupuesto superior a los 500 millones de pesos anuales.

México y otros nueve países concentran más del 60% de la riqueza global, así lo dio a conocer un informe 'El auge del balance mundial: ¿en qué medida estamos utilizando nuestra riqueza de forma productiva?' de la consultora McKinsey & Co. El reporte destaca que entre el año 2000 y 2020, China representó casi un tercio de la riqueza mundial. Entre los 10 países hay 3 que se encuentran en el América: Canadá, Estados Unidos y México.

¿Qué ha hecho la Cofece por desconcentrar los mercados? Absolutamente nada. Las concentraciones aumentan; el Índice de capitalismo de amigos de la Revista The Economist nos premió con una pérdida del 6 al 5 lugar. ¿Alguna sanción relevante o concentración objetada a las empresas que cotizan en bolsa y que representan el 37% del PIB mexicano?. Ninguna. Las empresas más importantes de Expansión (Expansión 500) siguen siendo las mismas. Lo mismo sucede con las 1000 empresas de Mundo Ejecutivo. Por lo menos 150 personas laboran en el área de concentraciones de Cofece, que absorben al menos 150 millones de pesos de los 500 que ejerce la Comisión. ¿Todo para confirmar todas las notificaciones y perder las que condicionan? Merece evaluaciones con cuatro estrellas de la Global Competition Review. En la evaluación por pares que realiza la OCDE, en 2022 recibió más de diez hojas de recomendaciones. ¿Tres estrellas y media? ¿Cuánto pagaron por ellas?

¿Cuánto dinero ha recobrado la Cofece que vaya al bolsillo de los consumidores? Ninguna acción colectiva ejercida por la Cofece desde 2014.

Según un estudio pagado por la Cofece el 30% de los mercados de las personas de escasos recursos operan en condiciones de falta de competencia de acuerdo a Carlos Urzúa, lo que implicaría una mejora de al menos del 10% de su poder adquisitivo. ¿Hay alguna resolución de la Cofece que haya mejorado la situación de los consumidores de escasos recursos? Ninguna.

Y en el Poder Judicial, varias de las pocas concentraciones condicionadas como Bioppapel o la Asociación Mexicana de aguacates se perdió en tribunales. La medida más eficaz con la que contaba Cofece -el proceso de barreras a la competencia- se perdió en el Poder Judicial con el asunto de los aeropuertos. Pierde por lo menos -hay que ver como están elaboradas las estadísticas- al menos el 20% de los asuntos que ventila en el Poder Judicial, a pesar de contar con numerosos abogados y varias áreas jurídicas.

Ahora que las autoridades de competencia del mundo vuelven sus ojos a la Escuela de Harvard -la de Chicago va de salida- sería bueno que la Cofece volteara a la sabiduría de los negocios de Michael Porter. Para la innovación -dice este autor- es fundamental una fuerte política antimonopolista, especialmente contra las fusiones horizontales, las alianzas y el comportamiento colusorio. Aunque hoy está de moda exigir campeones nacionales, estas cosas suelen socavar la creación de ventajas competitivas. La verdadera competitividad nacional requiere que los gobernantes desaprueben las fusiones, las absorciones y las alianzas en las que intervienen los líderes de un sector. Además, deben aplicarse las mismas normas sobre fusiones y alianzas tanto a las empresas nacionales como extranjeras. Por último, la política económica debe primar la instalación de empresas nuevas frente a las absorciones, tanto si la iniciativa es nacional como internacional. Sin embargo, debe permitirse la absorción de pequeñas empresas de sectores afines, cuando con ello se promueve la destreza que puedan, en definitiva, crear ventajas competitivas.1

* Máster y doctor en Derecho de la competencia, Profesor Investigador en competencia económica en la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana, socio del área de competencia del despacho Jalife Caballero, nivel I del Sistema Nacional de Investigadores y el autor mexicano con mayor número de publicaciones en competencia en nuestro país, exfuncionario de la COFECO.

1 PORTER, Michael, La ventaja competitiva de las naciones, Vergara, Bogotá, 1994, , p. 197.

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