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¡Adiós a la compra de Banamex!
Ahí en la disposición de tiempo, estaría la clave para la estatización futura de Banamex: “el próximo gobierno sí tendría tiempo para una operación así...”
A finales de la semana pasada, el presidente López Obrador informó la declinación de su gobierno para adquirir Banamex. El anuncio y su forma ofrecen bastante miga tanto para el análisis económico y político como respecto al psicológico. En relación a esta última faceta, al hacer el anuncio AMLO dijo textualmente “Hablando con sinceridad, ya no podemos…”. Por descarte, podría deducirse que muchas veces el mandatario no ha hablado con intención de veracidad. Pero es mucho más importante la vertiente analítica del caso.
La primera de las razones para quedarse con Banamex, estatizándolo, era “manejar todos los fondos, las cuentas gubernamentales y ahorrarnos comisiones”. Realmente, es inconcebible que el Presidente haga esas declaraciones sin una consulta previa. No tiene la menor idea. Ningún banco le cobraría comisión alguna a un cliente que maneja grandes volúmenes de efectivo. El simple manejo de la cuenta sería una gran veta de rentabilidad. Por favor: con la compra de Banamex no se habría dado ahorro alguno en el pago de comisiones.
Otra razón aducida para estatizar Banamex era coadyuvar a la cobranza de impuestos en apoyo del SAT. Pero claramente, el cobro de impuestos los puede realizar cualquier banco sin necesidad de ser del gobierno. Y además, nunca hubo indicios de que la venta de Banamex por parte de Citigroup pudiese amenazar con la expatriación de su patrimonio cultural.
Claramente, hubo contradicción en las declaraciones del Presidente en la declinación para adquirir Banamex. Al principio dio a entender que “su gobierno ya no está interesado en quedarse con Banamex…” Pero más adelante, parece haber enmendado al señalar que, en realidad, la razón es falta de tiempo: “ya no podemos, por el tiempo. La compra llevaría un año…”
Ahí en la disposición de tiempo, estaría la clave para la estatización futura de Banamex. Y al enunciar la posible salida, AMLO se proyectó con transparencia (con su intención de Maximato): “el próximo gobierno sí tendría tiempo para una operación así y no sería mal negocio…” Solo dos comentarios para cerrar: primero, un banco comercial mal manejado puede ser un pésimo negocio. Ahí están las cuentas del Banco de Bienestar para comprobarlo. En segundo lugar y de mayor importancia, está la cuestión del capital para comprar Banamex. Ahogado por esos barriles sin fondo que son Pemex y la CFE, seguramente el próximo gobierno no contará con fondos excedentes para aventuras inversionistas de Estado.