Los aciertos de Agustín Carstens

Al inicio de la administración de Felipe Calderón logró sacar la reforma de pensiones del ISSSTE. Tras intensos debates, finalmente la reforma se aprobó en marzo del 2007.

El mérito es que logró reestructurar el esquema de jubilación de los burócratas al transitar al de cuentas individuales. Para ello, se creó la administradora de fondos de pensiones pública, PensionISSSTE, a la cual tendrían que afiliarse obligatoriamente los servidores de nuevo ingreso.

Ese mismo año, el 2007, y en menos de seis meses convenció al Congreso para aprobar la reforma fiscal que le dio vida al Impuesto Empresarial a Tasa Única para cerrarle el paso a la evasión del ISR. También nació el Impuesto a los Depósitos en Efectivo, ambos con el rechazo de la IP.

Por primera vez se pudo armar en el 2008 un presupuesto contracíclico para enfrentar la crisis internacional. Ese año no hubo nuevos impuestos con el fin de estimular la economía. El ancla fue el gasto público en infraestructura en ausencia de exportaciones, ingresos petroleros y tributarios.

La compra de coberturas petroleras fue el mayor acierto de Carstens en Hacienda. No sólo negoció un buen precio para amarrar la cotización de la mezcla mexicana de exportación en el Presupuesto del 2009, sino que repitió la misma operación, en condiciones distintas, para el 2010.

Sin duda, la miscelánea fiscal que logró sacar para el 2010 fue el mayor de los éxitos porque consiguió lo que sus antecesores no pudieron: que el PRI aceptara modificar la tasa del IVA de 15 a 16% sin tocar alimentos y medicinas. La estrategia fue presentar a los del tricolor tres alternativas.