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La Ley Silla y el riesgo de sólo cumplir en el papel, no por cuidar la salud
La falta de criterios en algunos puntos de la implementación pueden ocasionar un cumplimiento más enfocado en lo documental y la prevención de sanciones, y no motivado por cuidar la salud.
La falta de criterios en algunos puntos de la implementación pueden ocasionar un cumplimiento más enfocado en lo documental y la prevención de sanciones.
La falta de claridad en las reglas de implementación de la Ley Silla puede generar que las empresas busquen solo el cumplimiento documental para evitar sanciones, pero no una aplicación enfocada en prevenir los riesgos para la salud.
Una duda frecuente en las empresas es el tiempo que se debe otorgar de descanso a los empleados durante la jornada laboral. Los lineamientos emitidos por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) para la implementación de la regulación no fijaron un estándar.
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Víctor Carral Gil, presidente de la Federación Nacional de Salud Ocupacional, advierte que el cumplimiento por evitar sanciones y no por prevención puede ocasionar riesgos en el espacio de trabajo, por los tiempos de reposo y sobre el material de las sillas.
“Al tratar de meter sillas en espacios donde no caben, pero lo hacen por cumplir, conlleva riesgos, por ejemplo, tropiezos e inclusive caídas por el hecho de tener que girar o pueden ocurrir accidentes similares solo por levantarse de su lugar”, explica.
Tampoco hay claridad en el material de los asientos, una ausencia que, a decir del especialista, represente otro riesgo. "En un puesto de trabajo con soldadura, una chispa puede generar un incendio si el material de la silla es inflamable, eso abre la puerta a otros riesgos al no tener una evaluación multidisciplinaria en la aplicación de la regulación".
Otro riesgo por una falta de enfoque preventivo se asocia con los periodos de descanso. El especialista agrega que al no aplicarse pausas adecuadas, seguirá latente el agotamiento en las articulaciones y los músculos, “otra serie de situaciones que se pueden agregar es la deshidratación o desmayos".
La Ley Silla es una reforma a la Ley Federal del Trabajo que reconoce el derecho al descanso durante la jornada laboral y obliga a los empleadores a otorgar un asiento para el reposo continuo, principalmente a quienes están en bipedestación prolongada (más de tres horas continuas de pie).
La reforma laboral busca prevenir riesgos asociados con la bipedestación prolongada. Pero la falta de una aplicación sin un enfoque en salud ocupacional no permitirá que la regulación tenga ese alcance.
El Centro Canadiense para la Salud y Seguridad en el Trabajo señala que entre los principales problemas por esta postura se encuentran: el dolor de pies, hinchazón de piernas, varices, fatiga muscular, dolor lumbar, rigidez de cuello y hombros, entre otros padecimientos.
Por otro lado, Sergio Aguilar, consultor senior especialista en salud ocupacional y ergonomista certificado, señala que desde una óptica de bienestar en el trabajo es recomendable que los descansos en las organizaciones sean de entre 10 y 15 minutos para que los colaboradores tengan un buen reposo.
“Para ir más allá de un cumplimiento documental, las empresas deben realizar un programa para que roten a los trabajadores durante los descansos sin descuidar las líneas de producción, pero que se cumpla con el requisito de que el colaborador se siente a reponerse de la fatiga por estar parado”, comenta.
Resalta que al no tomar en cuenta los objetivos reales de la legislación, puede significar que las personas sigan desarrollando problemas en la circulación de sus miembros inferiores. “Efectos como fatiga física y mental, factores que están identificados como un riesgo para el error humano, el cual puede provocar a un accidente al no descansar el tiempo adecuado”.
Fue en julio cuando la STPS emitió las disposiciones para la aplicación de las nuevas reglas de la Ley Silla, en las cuales se detalla el acomodo de los asientos con tres opciones:
- En el área donde el empleado realiza sus actividades.
- Cercano al lugar del trabajo.
- En un área específica del centro de trabajo.
Una implementación que resulte en beneficios
Para que la implementación de la regulación sea benéfica para los colaboradores y no se pierda competitividad, las organizaciones deben revisar en primera instancia si el trabajo de los empleados permite contar o no con un asiento en su lugar y realizar pruebas para detectar posibles peligros.
Sergio Aguilar, comenta que las empresas tienen que identificar dentro de las tareas que realizan los empleados si es factible poner un asiento. “La silla que se vaya a colocar debe ser ergonómicamente adecuada a la tarea que se realiza, para dar una solución y no un problema".
“Las organizaciones tienen que hacer un piloto con algunas sillas y a través de este protocolo de usabilidad evaluar si son verdaderamente adecuadas para los trabajadores y que ayuden al cumplimiento de sus tareas”, señala.
Mientras que Víctor Carral indica que las empresas deben realizar una evaluación multidisciplinaria donde participen todas las áreas. “Los colaboradores se dan cuenta si pueden tener la silla o no en el área de trabajo. Ellos mismos lo revisan mediante ejercicios sobre si el asiento les estorba, les agrega nuevos riesgos o les ayuda”.