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Salud en el trabajo: el verdadero fondo de la Ley Silla y el derecho al descanso
El cuerpo humano está diseñado para moverse, el esqueleto, los músculos, sufren cuando existen tiempos prolongados sin movimiento, ya sea sentados o parados.
La Ley Silla aprobada por el Congreso de la Unión busca que los trabajadores, sobre todo del sector servicios, puedan tener derecho a descansos durante su jornada laboral en un asiento con respaldo. En la mayoría de estos casos, el horario de trabajo se cumple prácticamente de pie.
Sergio Aguilar Orozco, especialista en medicina del trabajo y profesional ergonomista, explica que el cuerpo humano está diseñado para moverse, el esqueleto, los músculos, sufren cuando hay existen tiempos prolongados sin movimiento, ya sea sentados o parados.
“Cuando estamos estáticos, el cuerpo comienza a presentar alteraciones, que posteriormente se pueden convertir en padecimientos o enfermedades. Las posturas continuas en una sola posición, ya sea sentado o parado, durante una jornada laboral son muy dañinas”, refiere el especialista.
Recuerda que, al igual que durante la pandemia con el trabajo remoto, se hablaba de realizar pausas activas o descansos periódicos, que eran ejercicios para las personas que estaban mucho tiempo estáticas, hoy se habla de estos descansos sentados para las personas a las que su jornada laboral les requiere estar la mayor parte del tiempo en posición vertical.
“El cuerpo necesita movimiento y estas pausas o descansos son para abonar a la salud, pues reactivan la circulación del cuerpo después de mucho tiempo en una sola posición. Se recomienda que estas se den después de entre 90 y 120 minutos”, sugiere el especialista en ergonomía.
Considera que para las personas que están de pie durante toda su jornada laboral, en este caso lo establecido en la Ley Silla, es la misma lógica, aunque el ordenamiento legal es muy general.
Sin embargo, hay factores que se deben contemplar de manera particular, y es que, dependiendo de la actividad, la silla debe tener ciertas características ergonómicas, esto porque cuando no es la adecuada, se puede generar una compresión de la circulación en la zona de los glúteos y los muslos.
“La persona va a comenzar a tener problemas de espalda, debido a que no todos los diseños son adecuados. Cuando los diseños no son adecuados afectan directamente a la columna vertebral, en la zona lumbar. Además, debe tener brazos para que el cuerpo tenga el apoyo suficiente”, advierte.
Entonces, ¿cuál es la mejor silla? Sergio Aguilar Orozco responde que depende de muchos factores, por ejemplo, la frecuencia con la que la persona tiene que estar parada o sentada; las dimensiones del lugar de trabajo.
El especialista en medicina del trabajo y ergonomía considera que la Ley Silla sí aporta para poner sobre la mesa que hay personas que trabajan de pie todo el día; sin embargo, no se debe perder de vista que cada empresa deberá considerar qué tipo de sillas tienen que comprar, si es posible ponerlas o sólo dar los descansos pertinentes.
“Cuando una persona toma una pausa, se desvincula del estrés. La realidad es que esto se revierte positivamente en una mayor productividad, concentración, energía”, explica.
Programas de salud integral, el siguiente paso
Hosanna Rodríguez Morales, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Salud Ocupacional, considera que, ante los riesgos a los que están expuestos las personas que laboran de pie, la Ley Silla no resuelve las cosas por si sola y requiere de un acompañamiento de programas de salud integral.
Recuerda que las empresas están obligadas a tener servicios de salud y estos deben estar asesorados por médicos con conocimientos en salud ocupacional, quien tendría que estar creando los programas.
“Si bien sabemos que el estar de pie es una exposición a un riesgo, el doctor ayudará a que el trabajador no se lesione, no se agraven padecimientos, o que no tenga alguna alteración en su salud debido al tiempo que pasa de pie”, explica.
Asegura que lo ideal es que las empresas que tengan personal en estas condiciones, busquen a especialistas en salud ocupacional, en ergonomía, higienistas o seguristas que les digan cuál es la pausa que deben tener de acuerdo con su exposición.
Indica que la exposición a largas jornadas de pie trae problemas circulatorios, y que van desde las venas varicosas hasta dolor en las articulaciones de rodillas, cadera.
“Pero creo que, si quisiéramos arreglar el problema de fondo, hay mucho que hacer dentro de la salud ocupacional, pero al interior de siempre y con la ayuda de especialistas”, advierte.
De esta manera considera que es necesario que se voltee a ver al médico de salud en el trabajo, que es el encargado de hacer todos estos programas, de ver todo tipo de patologías dentro de las empresas y que se contraten a médicos con conocimientos certificado para el asesoramiento de los empresarios para mejorar la salud de los colaboradores.
Agrega que en México existe la Federación Nacional de Salud en el Trabajo (FeNasTAC) que agrupa a colegios y sociedades en cada uno de los estados de la república mexicana, con especialistas que están dispuestos a asesorar a las empresas con la implementación de estas acciones.
Recuerda que, con la pandemia, y las regulaciones que se generaron por diversos motivos, entre ellos los modelos de trabajo a distancia, fueron estos especialistas los que sirvieron de filtro para las empresas, y el trabajo de estos profesionistas es vital para implementar de manera correcta regulaciones como la Ley Silla.