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Mexicanos, globalmente gordos
Se calcula que la obesidad le costó al país hace cinco años 67,000 millones de pesos y aumentará para el 2017 entre 151,000 millones y 202,000 millones de pesos.
Comer tacos, carnitas, sopes, tortas de tamal, flautas, así como beber refrescos, comer dulces procesados u otros muchos alimentos con altos contenidos calóricos, que exceden el gasto energético de un oficinista o de una persona sedentaria, es apenas una causa de la obesidad en el país.
La buena noticia para México es que del 2006 al 2012 la cantidad relativa de obesos prácticamente no aumentó; la mala es que tampoco disminuyó. Pero la mejor es que sí hay una menor proporción de niños en edad escolar con este problema, pues pasaron en ese lapso de ser 32.3 a 32.0 por ciento.
DE LA DESNUTRICIÓN AL SOBREPESO
Esta preocupación por medir y tomar cartas en el asunto es prácticamente nueva, pues en los 80, la atención la acaparaba la desnutrición, había 7% de niños con desnutrición crónica y 6% con desnutrición aguda, la preocupación era que estos niños se podían morir y nos enfocamos a eso , afirma Juan Rivera Dommarco, investigador adscrito al Instituto Nacional de Salud.
De acuerdo con el científico de la salud, en 1988, cuando se realizó la primera Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, había 25% de personas con sobrepeso y 9.5% con obesidad; en el 1999, el país pasó a 36% con sobrepeso y 26% con obesidad; en el 2006 se registró 34.2% de sobrepeso y 35.2% de obesidad; para el 2012, la cifra de obesidad y sobrepeso se igualó en ambas categorías con 35% respectivamente, es decir, 70% de la población.
Comenta que en 1999 se dieron cuenta del avance tan tremendo en este problema de salud, la obesidad se duplicó y fue entonces cuando sonó la alarma en todo mundo y nos llevó a darnos cuenta de que había necesidad de implementar políticas públicas para el control de la obesidad .
UN PROBLEMA MÚLTIPLE
Los estudiosos de la obesidad siguen discutiendo si la población mexicana tiene propensión genética a la obesidad, más que otras comunidades, si el problema surgió por el cambio del entorno (obesogénico en cada esquina) o si es una combinación de ambas cosas.
Y mientras eso pasa, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2012) reporta actualmente que alrededor de siete de cada 10 adultos (más de 49 millones) y uno de cada tres niños y jóvenes de entre cinco y 19 años (alrededor de 12 millones) presentan peso excesivo (sobrepeso u obesidad).
La Ensanut indica que la velocidad en el incremento de la obesidad en la población entre el 2006 y el 2012 fue sustancialmente menor a la que hubiera ocurrido de haberse mantenido el incremento observado en los años previos, pues se estima que pudo evitarse que 5.4 millones más de adultos desarrollaran sobrepeso u obesidad en México.
Según Armando Tovar Palacio, especialista en bioquímica nutricional, en el país todos se pasan la bolita unos a otros, pero lo que ha cambiado son los patrones alimentarios, se habla de la alimentación rápida, de la industria (alimentaria), otros más dicen que desde que la mujer se ha integrado a la vida laboral se cocina menos en casa, los niños ya no salen a jugar en la calle, los tiempos de traslado son muy largos, es decir, es un problema múltiple, no hay únicos culpables .
El investigador afirma que no hay una educación que permita a la población tener la suficiente madurez para entender la alimentación de la familia, lo cierto es que la comida tiene un contenido calórico mayor, las porciones se han incrementado y la gente come grandes cantidades de energía en lapsos cortos.
ACUMULANDO GRASA
Además hay otras causas, como el bajo consumo de agua, frutas, verduras, cereales de grano entero y leguminosas; el mercadeo masivo de alimentos procesados, los bajos precios relativos por caloría tanto de alimentos procesados con alta densidad energética como de bebidas con azúcar adicionada, la falta de orientación alimentaria; todo esto más la pérdida de la cultura alimentaria y un medio ambiente sedentario hacen que México sea un país grasoso.
Ante esta acumulación de kilos, la Academia Nacional de Medicina decidió tomar una postura ante la problemática y publicó un libro titulado Obesidad en México: recomendaciones para una política de Estado, en el que, entre otras muchas cosas, impulsa el aumento de impuestos a bebidas carbonatadas como el refresco y el subsidio a alimentos como frutas y verduras.
Hay algunos miembros del Poder Legislativo que están convencidos que esto es una buena idea y yo creo que se va a discutir.
Nuestro libro fue consultado por diputados y senadores y parece que la idea será ponerle impuestos a algunos alimentos y el refresco es candidato , indicó Dommarco. Pero aclaró que de lo que no se habla es de subsidio a alimentos saludables .
Y no es que se requieran más subsidios de los que ya existen, porque con subsidios como los de Procampo y otros al sector agrícola, que simplemente podrían redirigirse, se beneficiaría más a los productores de alimentos saludables como verduras, frutas, frijol.
Ciudades como New York y países como Hungría, Dinamarca y Francia ya tienen iniciativas para la regulación de tamaño de refrescos y con impuestos a estas bebidas.
Dommarco espera que el sector salud retome las recomendaciones que se hacen en el texto y comenta que sabe que han estado utilizando su libro: Yo se lo entregue a Secretaría de Salud y me han comentado que les ha sido de utilidad para el desarrollo del programa .
En las siguientes semanas, la Secretaría de Salud presentará la Estrategia Nacional contra la Obesidad y la Diabetes, así como el Programa Sectorial de Salud.
RICOS O POBRES
La distribución de la obesidad entre grupos socioeconómicos avanza de manera rápida; en mujeres adultas, entre 1988 y el 2006, aumentó más la prevalencia en los grupos de más bajos ingresos que en los altos. Actualmente, la prevalencia de peso excesivo es similar en las comunidades en condiciones de vida extrema de la población de mujeres adultas y es ligeramente superior en las comunidades intermedias.
En niños y adolescentes la prevalencia es aún mayor en los grupos de más altos ingresos, en este grupo, entre 1988 y 1999, se registraron aumentos de sobrepeso y obesidad de 30% por año. El mayor aumento en la prevalencia de obesidad entre 1999 y el 2006 se observó en la población indígena.
Estas tendencias sugieren que México transita hacia una situación en la que la carga de peso excesivo será eventualmente mayor para la población más pobre en todas las edades.
¿Cuánto cuestan los gordos?
Se calcula que la obesidad le costó al país hace cinco años 67,000 millones de pesos; se espera que para el 2017 aumente entre 151,000 millones y 202,000 millones de pesos, es decir, el costo que pagará la sociedad en las próximas tres décadas será mucho mayor a la inversión requerida para implementar estas acciones.
elizabeth.ruiz@eleconomista.mx