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Arte e Ideas

Lectura 4:00 min

Ella nomás dice

¿No sabe qué hacer con su tweenie?? Hágale caso a Tony.

Yo no soy madre. Me frío de miedo pensando en todo lo que implica criar a un pimpollo en un mundo que parece peligroso en cada esquina. Soy como una adolescente grandota, imagíneme criando yo a otra adolescente. Un huracán.

Hace un tiempo surgió el término tweenie. Ya ven que los gringos tienen nichos de mercado para todo. Una tweenie (no estoy segura de que el término se aplique también a los niños varones) es una niña que está justo en ese momento tremendo entre la infancia y la adolescencia. O sea, niñas que tienen entre 9 y 12 años y que al mismo tiempo que juegan con sus Barbies ya están pensando en el sexo y la llegada de la menstruación.

Es difícil hablarle a las tweenies. No son niñitas, aunque así se vean a ojos de los adultos. Ellas ya quieren usar sostén más por necesidad psicológica que fisiológica. Cuando yo era una tweenie lo única que quería era escuchar a Nirvana y aumentar mi colección de cómics.

Para hablarles tú a tú a las pubertas hay que tener buena mano. Irma Gallo la tiene. Gallo, que es periodista cultural, también es madre de una tweenie. Cuando escuchó las cosas de las que las amigas de su hija Camila hablaban en la piyamadas, a Irma se le prendió el foco y dijo: Es que nadie les está hablando en su idioma .

Por eso escribió #Yonomádigo (B de Blok), un libro muy divertido en el que Tony, una niña de 12 años (ejem, 11 años y medio) habla de todo lo que le pasa por la cabeza. Tony habla con hashtags. En realidad estamos leyendo su cuaderno de confidencias.

Me llamo Antonia pero no se vayan con la finta porque MATO a quien me diga así. Díganme Tony y todos felices #foreverandever .

No quise escribir como mamá, para que no sonara a regaño o a consejo. Tony fue cobrando vida propia sobre todo porque pensaba en mi hija , me dijo Irma cuando platicamos del libro.

A Irma la hice encontrarse con una de sus lectoras. Ikia (es un nombre hawaiano) tiene 10 años y se leyó #Yonomásdigo en menos de lo que escribo esta columna.

Cuando Irma dijo que había escrito el libro porque casi no hay libros para niñas de esa edad ya se sabe, todo es princesas para niñas de 8 años o heroínas hechas para muchachas de 16 Ikia abrió los ojos enormes: ¡Es cierto! . Y esa es una de las razones por las que más le gustó el libro, porque le hablaba a ella a los ojos.

Hay algo muy curioso en el encuentro entre un autor y un lector. Lo que imagina el lector mientras lee quizá no sea lo que en realidad quiso decir el escritor. Pero en este caso fue muy diferente. Ikia dijo que Camila, la hija de Irma, era igualita a Tony. Es una magia especial cuando hay ese matrimonio entre fantasía y realidad.

#Yonomásdigo es un libro importante porque le da derecho a las niñas preadolescentes a tener dudas que pueden incomodar a sus padres. ¡Cómo tú tan chiquita ya pensando en la violencia del país! . Pues sí, los niños se dan cuenta y entienden y tienen derecho a cuestionar. Otros temas del libro van de la feminidad ( ¡No quiero ser princesa! ), el acoso escolar, la belleza física ( ¿Quién decide si soy guapa o no? ) y los videojuegos y la tecnología.

Tony tiene sus 11 años y medio y no quiere tener Facebook porque prefiere convivir con sus amigos en el recreo. Ikia contó que con el libro aprendió que no hay que confiar en cualquiera en las redes sociales y en que estaba bien ser como era ella misma. Mejor lección no hay.

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