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Bunker: arquitectura en clave de contradicción
Esteban Suárez y Santiago Gitanallají, quienes comenzaron los proyectos de Bunkerer, un joven despacho de arquitectos, hace cinco años, construyendo en sólo cinco meses la capilla en la que Esteban habría de casarse, nos cuentan que hay en las simientes de "Stop: keep moving".
Un oxímoron es una paradoja. Es la unión de dos términos evidentemente opuestos para decir algo que no está en uno ni en el otro. Una contradicción que genera movimiento: inmueble movedizo. Este es el espíritu que ánima a Bunker, joven despacho de arquitectos.
La llaman arquitectura oximorónica. Stop: keep moving, o Alto: hay que moverse, un oxímoron perfecto es el título de la primera gran exposición de Bunker. Es también el título del divertido catálogo que la acompaña, que presenta cada edificio con un epígrafe provocador. Por ejemplo, esta típica paradoja de G.B. Shaw: La gente se cansa de todo, sobre todo de los que más le gusta .
Los proyectos de Bunker más que maquetas y planos son historias: no sólo las que culminan con el edificio, sino, especialmente, las que el edificio desata. La arquitectura como un modo de narración.
Esteban Suárez y Santiago Gitanallají, quienes comenzaron Bunker hace cinco años, construyendo en sólo cinco meses la capilla en la que Esteban habría de casarse, nos cuentan que hay en las simientes de Stop: keep moving.
¿Qué es la arquitectura oximorónica?
Esteban Suárez: La arquitectura nos ha mostrado que las ideas que son antagónicas de forma aislada cuando se unen se complementan y sirven para crear algo más potente.
Por ejemplo, construimos un edificio de departamentos en Polanco, en el que nos planteamos esta disyuntiva de los futuros habitantes: ¿qué sería mejor, vivir en un departamento o en una casa de los suburbios con jardín? Lo que hicimos fue unir ambas estructuras, es un edificio departamental de cristal rodeado de un enorme jardín verde .
Por lo general las exposiciones arquitectónicas no son las más atractivas para el gran público. ¿Por qué?
Suárez: Nosotros lo percibimos como un vínculo roto, en realidad la gente tiene una relación directa con los edificios que habita. De algún modo Stop: keep moving quiere salvar esta distancia al relatar las historias de cómo cada proyecto cobra vida, restándole importancia al objeto arquitectónico por sí mismo.
¿Cómo qué historias?
Suárez: Pues como la de la capilla en la que me casé en Cuernavaca, en los jardines La Estancia. El lugar no tenía capilla, así que le pedí al dueño que me permitiera construirla.
Santiago Gitanjallí: Precisamente fue nuestro primer proyecto y es un buen ejemplo de este choque de términos del que hablamos. Todo un choque porque, por un lado, el cliente quería una capilla de estilo barroco colonial mexicano. Tras muchas discusiones los convencimos de hacer algo más contemporáneo.
Un gesto muy romántico, eso de construir el lugar en el que te vas a casar...
Suárez: Pues romántico y contrarreloj porque teníamos sólo cinco meses para hacerlo.
¿La terminaron a tiempo?
Suárez: Justo un día antes de la boda.
Gitanllají: Y eso que nos enfrentamos a muchas decisiones difíciles, por ejemplo, cómo hacer una capilla abierta de cristal que no se convirtiera en un invernadero con el calor y la humedad de Cuernavaca. Al final, logramos una construcción fresca y clásica que no rompe con la armonía del jardín.
Suárez: Pero sí con la tradición. No nos gusta estar lidiando con estilos.
¿Se han enfrentado con mucha resistencia al cambio?
Suárez: En la ciudad de México menos que en el resto del país donde la gente no recibe nada bien el cambio a su entono.
Gitanjallí: Nos pasó en Ciudad Guzmán, Jalisco, donde el gobierno local nos encargó todo un plan para modernizar la ciudad (con miras a los Juegos Panamericanos 2011). La intervención que hicimos de la plaza fue planeada como algo sencillo y provocó una gran reacción en contra.
Suárez: Nos quisimos apartar del modelo tradicional de zócalo rectangular que uno puede ver en todo México. Hicimos una serie de círculos concéntricos para formar un espacio público que invitara a caminar por todo el centro. Bueno, cuando acabamos hubo críticas y manifestaciones acaloradas de gente que quería que demolieran todo lo que hicimos.
¿Y qué pasó?
Gitanjallí: Pues lo que pasa cuando se enfrentan los contrarios, hubo movimiento. Mientras los más tradicionalistas se enojaban, la gente joven de Ciudad Guzmán salió a caminar por la plaza a habitarla. Una nueva generación se acercó de otra manera a su ciudad.
¿Eso es Stop: keep moving, crear movimiento a partir de esos supuestamente estático que son las construcciones?
Suárez: Es abordar la arquitectura a partir de la gente que va a habitarla.
Gitanjallí: Es tratar de capturar el movimiento que es la vida.
Stop
Polyforum Cultural Siqueiros.
Dirección: Insurgentes sur 701, esq. Filadelfia, Nápoles.
Fecha: Martes a domingo,
de 10 a 17 hrs. Hasta el 31
de enero del 2011.
Entrada: libre.
cmoreno@eleconomista.com.mx