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México, ante un escenario complejo
Expertos consideraron que la presión del presidente estadounidense Donald Trump responde más a una estrategia política y comercial que a una preocupación real por el agua.

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Durante los últimos días, la presión que Estados Unidos ejerció para la aceleración de la entrega de agua conforme al Tratado Internacional de 1944 encendió las alertas entre productores agrícolas y especialistas, quienes advirtieron que una eventual extracción de presas en estados como Chihuahua podría detonar afectaciones al campo, reactivar conflictos sociales como los de 2020 y profundizar tensiones bilaterales en un contexto de sequía prolongada y debilidad institucional.
Especialistas en el tema hídrico señalaron, en una charla con medios de comunicación, que el gobierno federal se enfrentaba a un escenario complejo por la acumulación de rezagos en el cumplimiento del tratado, infraestructura subutilizada, contaminación de fuentes hídricas y una megasequía persistente en el norte del país y el sur de Estados Unidos.
Eduardo Vázquez, director de Agua Capital, explicó que el tratado es de obligaciones duales y que no solo México tiene compromisos, pues Estados Unidos también debe aportar agua desde la cuenca del río Colorado. Sin embargo, reconoció que la falta de planeación y eficiencia ha provocado que el volumen nominal a entregar hacia 2030 sea cada vez más significativo.
“El propio tratado contempla esquemas para postergar entregas bajo escenarios extraordinarios, pero la realidad es que nos hemos atrasado más de la cuenta”, señaló. Añadió que el reto no solo es contar con infraestructura, como las presas internacionales La Amistad y Falcón, sino operarla de manera eficiente y con planeación preventiva, considerando los condicionamientos climáticos.
Raúl Rodríguez Márquez, presidente del Consejo Consultivo del Agua, consideró que la presión del presidente estadounidense Donald Trump responde más a una estrategia política y comercial que a una preocupación real por el agua. Desde su perspectiva, el mandatario busca endurecer o incluso intentar renegociar el tratado, pese a que es “100% benéfico para México”, ya que el país sólo está obligado a entregar un tercio del agua del río Bravo.
José Antonio Cortés Lara, investigador de El Colegio de la Frontera Norte, sostuvo que el adeudo no implica una violación al tratado, ya que el marco bilateral permite regularizarlo en el siguiente ciclo.
Por su parte, Hugo Rojas, exdirector de la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento, señaló que las presas internacionales apenas almacenan alrededor de 200 millones de metros cúbicos, muy por debajo de lo requerido. “Haría falta un volumen adicional que simplemente no existe”, dijo.

