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Los fantasmas del pasado y la obsesión

Mariano Espinosa Rafful | Siempre hay otros
Aprende a ser indiferente a lo que no hace ninguna diferencia. Marco Aurelio
El cerebro humano registra los acontecimientos más sobresalientes de cada día, mes o año, y los resguarda en la memoria, fiel acompañante de recuerdos; que por supuesto inciden en la vida rutinaria de cada uno de nosotros, lo laboral, profesional: pero sobre todo las decisiones que acompañan la economía familiar.
Hemos sido testigos en la lectura diaria, en los últimos doce meses, de esos vaivenes de la indiferencia, en la mayoría de las quejas a la vista, en la manipulación de las conciencias, heridas que nunca terminan de cerrar, en la inexplicable y nada condenada danza de miles de millones de pesos, de los sexenios en los políticos desde que tenemos uso de la razón.
Mas recientemente Felipe Calderón y un monumento en Paseo de la Reforma que rompe con la arquitectura, la estética, pero también la ética del entorno, para los jóvenes de hoy, recordarles que López Portillo lloró en un informe de gobierno en su administración, porque afirmaba que iba a defender “el peso como perro”; vaya mentira de la mediocridad.
Ahora, en la actualidad, con datos ciertos y conocidos, se habla de la desaparición de las instituciones de transparencia, o lo que es lo mismo, con otro nombre transformadas por la administración morenista de López Obrador, al servicio del resguardo de la información sensible, por al menos cinco o diez años, el IFAI se fue sin pena ni gloria.
La burocracia en México crece de acuerdo a las circunstancias, el gasto corriente es enorme comparado con los resultados que arrojan a la ciudadanía, las obras que se proyectan y realizan deben velar por el interés general, hoy tenemos a la carta del gusto los que hablan a favor con datos duros y los que se vuelcan en las redes sociales, a repetir mentiras con matices.
El error de diciembre de Ernesto Zedillo, la pérdida de los ahorros de miles de mexicanos de clase media en casas de bolsa, no deben olvidarse, y todavía se atreve este ex presidente a dictar cátedras en economía y buen gobierno, y cobra por ello.
Tenemos memoria los que nacimos en los años sesenta, las historias se viven, pero también se leen, son los jóvenes que estudian y se preparan, aquellas y aquellos que podrán no solo cambiarle el rostro a su futuro inmediato, al tener una licenciatura, una maestría, las oportunidades de emplearse en lo público o lo empresarial, o no ser asalariado, está en sus convicciones.
Los programas sociales son un estímulo, más no una contraprestación del gobierno en turno, menos petróleo pone en evidencia las dificultades para cumplir con esas expectativas, hay que abordar el tema de la conveniencia a quien sí a poyar en lo económico y a quien estimular para salir adelante.
Menos millones de dólares de los migrantes desde Estados Unidos, la caída es notable; no hay subsidio ya en las gasolinas, en algunos casos el aguinaldo no se ha pagado, y la queja es silenciosa, pero la memoria registra estos hechos y vaya que la angustia de la economía familiar y la impotencia juegan en contra de la buena voluntad.
ENTRE LÍNEAS
Cambios en el gabinete presidencial de Claudia Sheinbaum, es un rumor que sigue siendo la constante, los nombres están en la baraja para enero próximo; reacomodos naturales a un año del inicio.

