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Una apuesta pública: Política de vacunación contra el virus SARS-CoV-2
El anuncio de la “política rectora de vacunación contra el covid-19” fue esperanzador, es el principio del fin de la pesadilla pandémica, también causó malestares sociales por sus claroscuros, sobre todo por la decisión del gobierno de excluir al sector privado del esfuerzo.
Se hace en un entorno tan preocupante como contrastante; por un lado, se registra un repunte de los contagios en México y el mundo; y por otro, hay noticias sobre inicio de la vacunación en Rusia, Inglaterra y Estados Unidos.
A pesar de las buenas noticias, el clima de polarización social, el desgaste natural del Zar de la pandemia Hugo López-Gatell, la errante estrategia sanitaria y sus exiguos resultados, así como la fatiga pandémica de la ciudadanía, construyen un entorno adverso hacia la aplicación de estrategia de vacunación.
En la primera etapa anunciada, no sólo no contempla la participación del sector privado, ni siquiera del sector salud, como ya es una constante en esta administración, la custodia, distribución y aplicación de la vacuna (250,000 dosis), misma que requiere de condiciones de ultracongelación, será entera responsabilidad de las fuerzas armadas y de la guardia nacional.
El documento señala que para este operativo se montarán grandes módulos de vacunación en las zonas militares de la ciudad de México y Coahuila.
Por su parte la COFEPRIS concedió en tiempo récord la autorización correspondiente a PfizerBioNTech. El nuevo equipo del organismo regulador encabezada por América Orellana Sotelo entiende mejor la situación de emergencia. La ex comisionada Elvira Espinoza, irresponsablemente dejó pendiente la autorización de más de 100 expedientes de pruebas de detección de COVID- 19.
Hasta el momento, México tiene aseguradas 107 millones de vacunas a aplicarse en un período de 18 meses: 17 millones de Pfizer/BioNTech, 35 millones de CanSinoBio y 30 millones de AstraZeneca. Además, 26 millones de dosis mediante el mecanismo COVAX.
La estrategia es un documento vivo, conforme haya nuevas vacunas, se irán agregando nuevos jugadores.
Por ahora, sólo las fuerzas armadas cuentan con la capacidad técnica y logística para custodiar y distribuir la vacuna. La estrategia también asegura que la vacuna llegue a los grupos y comunidades más desprotegidas, quienes que han sido los más afectados por la pandemia.
Querido lector, todavía falta mucho para salir del túnel, la primera oleada de vacuna es tan sólo el inició de un largo proceso, mientras tanto siga cuidándose. Hasta la próxima.

