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Opinión

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Mirar hacia adentro

Chiapas es México. México es Chiapas y no puede ?estar uno sano si el otro está enfermo. Esa entidad ?nos demanda atención. De todos depende.

¡O rescatamos la selva de Chiapas y sus habitantes o perdemos el país! Las grandes empresas tienen como biblia moderna velar por el cliente. Pero últimamente surge la literatura administrativa de que para poner a éste en primer lugar, las empresas tienen que estar sanas, por lo que su atención debe incluir también a los miembros de su organización.

Una empresa con recursos humanos motivados, capacitados y leales es un organismo sano para, entonces sí, conquistar el mercado.

De la misma manera, quien quiere ser un gran profesionista, científico, político, empresario, artista o maestro, además de ser experto en su materia, tiene que voltear hacia adentro y ser una persona saludable, haciendo ejercicio y acudiendo al nutriólogo.

Toda proporción guardada, un país no puede pensar en el largo plazo, sin estar hacia adentro, sano. El enfoque de nuestro desarrollo nunca ha sido sano. Históricamente, se ha enfocado hacia afuera.

Primero, como un virreinato gobernado desde Europa y visto sólo como fuente extraordinaria de extracción de riqueza. En aquella época, en vez de desarrollar las capacidades de la población de la Nueva España, se cuestionó si tenían o no alma. La duda giraba en torno a una pregunta: ¿son o no hijos de Dios? Quienes más educaron fueron los jesuitas, quizás por eso fueron expulsados de nuestro territorio.

Después, el desarrollo se sustentó en una infraestructura, como la ferroviaria, que sólo veía hacia el norte, nunca hacia la integración del territorio nacional. También la política económica actual otorga un exagerado énfasis a las exportaciones y una falta de atención al mercado interno.

México no puede ser una potencia mundial con parte de su territorio enfermo. Hay muchas regiones de nuestro país y muchos grupos de población ignorados por el resto, salvo en las elecciones.

La frontera sur, uno de los últimos reductos de nuestra selva tropical húmeda, sus pobladores herederos de los mayas, enormes riquezas naturales y culturales están seriamente amenazados y la falta de una política ambiental, social y de una propuesta económica integral para el medio ambiente y sus habitantes predice degradación y violencia.

Si no crecemos con un medio ambiente y un tejido social sano en todo el territorio, el futuro es como una empresa en huelga por no atender a sus empleados, o como un empresario desahuciado por no atender su salud.

Hoy, Chiapas demanda atención, mañana será una de dos: nuestra violenta pesadilla o nuestro orgullo. De todo México depende.

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