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Opinión

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Juan Ramón de la Fuente se queda solo

Fausto Pretelin Muñoz de Cote

Lo que dice el embajador permanente de México ante la ONU no lo repite el presidente López Obrador.

Lo que dice el presidente AMLO no lo repite Juan Ramón de la Fuente.

¿Cuál es la política del gobierno de México respecto a la invasión de Rusia a Ucrania? ¿La que se expone ante la Asamblea de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad o la que se comenta en las mañaneras?

Las diferencias entre lo dicho ante la ONU y ante los medios en Palacio Nacional simplemente preocupa por el perfil esquizoide de la política del Gobierno mexicano.

La mañana del miércoles el presidente López Obrador mencionó la neutralidad frente a un escenario de expansión de la guerra en Europa. “No queremos ser protagonistas, ofrecer nosotros intermediación, no, para eso está la ONU, y el Consejo de Seguridad”, comentó.

Entre el “nosotros” y la “ONU” y “el Consejo de Seguridad”, según el presidente AMLO, existe una brecha. En realidad, no existe tal brecha.

El basamento de la ONU es el derecho internacional, y el Consejo de Seguridad es la única arena vinculante con las leyes de cada país. Miniaturizar a la ONU, es decir, despreciarla, es querer regresar a la era de la caverna.

El embajador permanente de México ante la ONU trabajó junto a Francia una resolución cuyo eje toral es la intervención humanitaria en Ucrania. Exige el cese inmediato de las hostilidades; “exige que se proteja plenamente a los civiles; exige que se respeten y protejan los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil; exige a todas las partes que protejan a los civiles que huyen del conflicto armado y la violencia, entre otras exigencias.

Desde las mañaneras se ve muy distinto el panorama de la guerra. Lo mismo desde la cancillería. Marcelo Ebrard viaja a Arabia Saudita sin hacer escalas en territorios de los implicados en la guerra. ¿Pudo haber viajado a París, Berlín o Moscú para hacer diplomacia con el único objetivo de lograr el cese el fuego?

Al parecer, no.

Al formar parte del Consejo de Seguridad el protagonismo de un país no es optativo, y menos frente a una guerra.

La ausencia de un plan de política exterior revela múltiples errores entre funcionarios. Por ejemplo, Marcelo Ebrard habla de la existencia de una política exterior feminista. En ninguna ocasión el presidente AMLO ha mencionado el término. Ebrard elige Arabia Saudita, donde no hay espacio para las mujeres en la diplomacia, pero no viaja a Europa para hacer diplomacia ligada al Consejo de Seguridad.

La política exterior mexicana ha degenerado en una especie de talk show. Así lo han demostrado diputados en las últimas horas.

No es casualidad que los moneros cercanos al presidente AMLO sean los diseñadores de la mal llamada política exterior.

México navega en su ombligo.

@faustopretelin

Fausto Pretelin Muñoz de Cote

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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