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Ganadería mexicana, ?actual y futura (2/2)
Habrá mayor competencia por el uso del suelo y, con menos tierra cultivable por habitante, se necesitará una producción más intensiva y costosa.
Por otra parte, la salud pública mexicana enfrenta cada vez más problemas metabólicos que infecciosos, debido en parte a dietas inadecuadas. La producción agroalimentaria nacional deberá ofrecer los productos que soporten una alimentación nutritiva y saludable. Además, deberá mejorar para mantener su competitividad en el mercado abierto, cada vez más competido. Algunas posibles estrategias son:
Administración de la oferta. Es posible administrar de manera centralizada la producción, asignando cuotas máximas a cada productor y procesador, con la finalidad de lograr un mercado satisfecho, con precio estable y menor riesgo.
El objetivo primordial es no exceder la demanda y mantener un precio adecuado, pero puede ayudar a otros propósitos, como promover las buenas prácticas ganaderas, la participación en campañas de sanidad animal y atender preferentemente el mercado de más alto valor, dejando al resto para que se atienda con importaciones.
Integración en redes de valor. Una red de valor es un encadenamiento productivo específico desde la proveeduría de insumos hasta la comercialización de los productos. Una asociación de este tipo permite aumentar el valor en toda la cadena, reducir costos y mermas e incrementar su capacidad de innovación. Pueden promoverse con políticas, por ejemplo, mediante exigencias de rastreabilidad y de calidad que induzcan relaciones más estables de las empresas con sus proveedores de bienes y servicios.
Investigación y desarrollo ganaderos. Debe impulsarse la generación nacional de conocimientos y tecnología en ganadería, desarrollo de razas y líneas genéticas productivas adaptadas, forrajes y granos adecuados para las distintas regiones con potencial productivo. Se necesita un mayor presupuesto gubernamental y más inversión privada en investigación y desarrollo, pero también puede haber un fondo aportado por los productores como retención de sus ventas.
Mercados modernizados. Hay oportunidad para que los detallistas tradicionales cumplan las normas y estándares actuales y se integren a redes modernas de distribución y comercialización, en vez de mantener sus procesos anticuados hasta que los detallistas modernos los vayan desplazando.
Necesitan para ello que se desarrollen métodos de sacrificio y proceso en pequeña escala con certificación oficial, así como contar con transporte y expendio con refrigeración y un sistema de análisis de peligros y control de puntos críticos (HACCP, en inglés) adecuado para carnicerías y talleres artesanales de queso.
*Luis Fernando Iruegas Evaristo es especialista de la Subdirección de Evaluación Sectorial en FIRA. La opinión es responsabilidad del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA. lfiruegas@fira.gob.mx