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Evo Morales minimiza informe de la CIDH sobre represión
Evo Morales, aseguró que sería exonerado si se abrieran nuevas investigaciones basadas en un informe independiente que menciona "masacres" que tuvieron lugar durante el violento final de su presidencia y el comienzo de su sucesor.
La Paz. El expresidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró que sería exonerado si se abrieran nuevas investigaciones basadas en un informe independiente que menciona "masacres" que tuvieron lugar durante el violento final de su presidencia y el comienzo de su sucesor.
“No van a encontrar nada, solo van a perder tiempo”, declaró Morales en una conferencia de prensa desde la ciudad boliviana de Cochabamba.
El martes pasado un grupo de expertos nombrado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publicó un informe que concluía que el Estado boliviano fue responsable de la muerte de más de 30 personas a finales del 2019, en medio de violentas protestas desencadenadas por una elección presidencial polémica.
El informe dice que la policía y las fuerzas armadas habían usado "la fuerza de manera excesiva y desproporcionada".
En el documento también se recomienda que los fiscales bolivianos investiguen a fondo los hallazgos del informe, con miras a condenar a los responsables.
Ola de violencia
En 2019, el líder socialista de Bolivia, Morales, buscaba un cuarto mandato como presidente, pero las acusaciones de fraude electoral desencadenaron en disturbios sociales y en su renuncia, siendo reemplazado por la senadora de la oposición Jeanine Añez como presidenta. La violencia se extendió hasta las primeras semanas de la presidencia de Añez.
"Yo he sido víctima", agregó Morales en su conferencia de prensa. "Yo renuncié para que no haya muertos. En mi gestión no había ningún muerto a bala".
Luis Almagro, titular de la Organización de Estados Americanos, dijo en Twitter que el informe contiene "importantes elementos" que deben ser considerados por la Corte Penal Internacional y de Justicia.
Añez fue arrestada a principios de este año acusada de haber participado en un golpe de Estado para derrocar a Morales. La exsenadora niega las acusaciones y dice que es víctima de persecución política.