Lectura 3:00 min
Sostenibilidad impulsa las inversiones y la preferencia del consumidor
Se espera que durante el 2025 las empresas incorporen o mejoren sus estrategias en materia de sostenibilidad, para atraer mejores oportunidades.

Ante los cambios en el mundo y las adversidades, las empresas deben prepararse, sobre todo en materia de sostenibilidad.
Esto implica mejorar o implementar procesos que ayuden a reducir el impacto ambiental y social, por ello, los directivos deben considerar que, para la agenda de este año, la sostenibilidad no solo es una ventaja competitiva, sino que también es una oportunidad para prepararse ante los cambios repentinos y desafíos complejos, explica Natalia Olynec, directora de sustentabilidad en IMD.
En este sentido, se prevén algunas tendencias relacionadas con la sostenibilidad en distintos ámbitos, como las preferencias del consumidor, prácticas empresariales e inversionistas.
Inversionistas enfocados en la sostenibilidad
Los inversionistas buscan alternativas seguras y que no representen un riesgo ante los cambios mundiales, como los temas socio políticos, de tal modo que priorizan aquellas empresas que cumplan con estrategias ASG (ambientales, sociales y de gobernanza).
Además de que no solo se trata de una cuestión ética, sino que también lo ven como una estrategia para proteger sus inversiones a largo plazo, comenta Natalie Runyon, directora de contenidos ASG en Thomson Reuters.
Por ende, Natalia Olyrec, a través del blog de IMD, considera que las empresas tienen la responsabilidad de no ver la sostenibilidad como un objetivo en sí mismo, sino que debe considerarse como una herramienta que proporcione mayor valor ante los accionistas e inversionistas.
“La sostenibilidad se puede aprovechar a nivel de producto, modelo de negocio y estrategia. Cuando la sostenibilidad se posiciona de esta manera, se vuelve imparable”, argumenta la directora en sostenibilidad.
Asimismo, ante la incertidumbre en el mundo, los inversionistas toman en cuenta las estructuras de gobernanza transparentes y responsables que puedan mantenerse firmes ante la volatilidad, de acuerdo con Natalie Runyon.
Prácticas empresariales en sostenibilidad
Debido a las preferencias del cliente por un consumo más responsable y la necesidad de mantener el interés de los inversionistas, las empresas están apostando por prácticas sostenibles que ayuden a la rentabilidad y la competitividad en el mercado.
De hecho, estas estrategias empresariales en sostenibilidad ayudan a mejorar el rendimiento financiero, fortalecer la resiliencia a largo plazo y generar valor en las partes interesadas, según Natalie Runyon.
Por otra parte, la participación de la alta dirección es clave, ya que el 71% de los líderes corporativos considera la inversión en iniciativas ASG como una buena inversión, de acuerdo con un estudio de Thomson Reuters.
Cabe mencionar que el uso de la Inteligencia Artificial (IA) sigue en tendencia, aunado a que los directivos pueden aprovechar para centrarse en inversiones en tecnología sostenible para las empresas.
Sostenibilidad atrae a los consumidores
En el caso de México, el 55% de los consumidores en línea está interesados en comprar con aquellas empresas que ofrecen empaques ecológicos y sustentables, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO).
Además, los clientes se mantienen más informados y, por ende, exigen productos que estén alineados a sus valores, por lo que recurrir a prácticas engañosas no es una opción, ya que esto puede perjudicar en la reputación, tanto con los clientes, como proveedores e inversionistas.
Natalia Olynec, explica que los clientes buscan información sobre el origen de los productos, los materiales que se usaron y el impacto social y ambiental, lo que a su vez lleva a las empresas a innovar y ofrecer opciones que disminuyan el daño hacia el medioambiente.
“En 2025 se espera que las empresas prioricen rigurosamente el impacto ambiental, social y de gobernanza en cuestiones comerciales más importantes. Estos cambios darán lugar a una revisión generalizada en el diseño de productos, compras, negocios y los procesos de toma de decisiones”, puntualiza Natalie Runyon.