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Javier Aguirre tiene banca en el núcleo de emprendedores
La tercera etapa al frente de la Selección Mexicana le trae el reconocimiento del mundo empresarial. El premio Endeavor Night y la nominación para The Best FIFA es mejor para él, que ser jugador de béisbol.

Cosmopolita. El ‘Vasco’ ha vivido en 14 ciudades de siete países debido a su trabajo como entrenador. Foto EE: Fernando Villa del Ángel
La colonia Lindavista en la ciudad de México es el punto de partida de la vida de Javier Aguirre en el fútbol. Antes del 1 de diciembre de 1975 le dedicaba tiempo al béisbol, jugó como tercera base en una liga local, se accidentaba en las jugadas y por tal motivo, tomó la decisión de volverse solo espectador (y fan de los Tigres). Aceptó un boletín para acudir a unas pruebas de captación de talento en club América y desde ese día, el balón no paró de girar.
El ‘Vasco’ Aguirre atendió a El Economista en una noche de gala de empresarios, emprendedores y comunicadores influyentes. Recibió el Premio Endeavor Night por su trayectoria, los títulos de Copa Oro, Nations League y por impulsar a la Selección Mexicana en el ranking de la FIFA. El 2026 está a la vuelta y es el año del Mundial, la época en la que todo mundo habla de futbol. A Aguirre le seguirán lloviendo críticas, aplausos, abucheos, pero él mismo reconoce que sus decisiones técnicas serán el tema de conversación.
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--¿Tus decisiones en Selección y en el país anfitrión son tan importantes como las dichas en la silla presidencial o por un Ministro o Secretario de Estado?
--“Es lo que se dice, no sé si la importancia tenga tal magnitud, no lo creo, pero sí hay que tener mucho cuidado con las palabras porque efectivamente, hay mucha repercusión en la gente. En algo que se comente, ya sea optimista o pesimista, se puede contagiar en el ánimo de las personas. Un exabrupto, una mala tarde, una mala respuesta o un enfado público puede costar mucho. Insisto (las decisiones) no tienen ni por asomo la importancia de un funcionario público ni la responsabilidad, pero sí debemos tener una conducta ejemplar”.
Aguirre estuvo acompañado de su esposa Silvia, a quien mencionó en toda oportunidad al micrófono, le agradeció su apoyo en el trayecto de su carrera como entrenador que no tiene código postal fijo.
“De repente estás en casa y te hacen una llamada de Japón y te vas. O de Egipto y te vas, también de España y te vas. Esto es así, no se puede planear mucho. Yo estaba en Mallorca, llevaba 3 años trabajando ahí y me quedé sin empleo, no me renovaron contrato y al mes, me llamó la Selección y nunca le puedo decir que no al país”.
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El ‘Vasco’ tiene el sello español por sus padres, pero actualmente, a sus 66 años, es cosmopolita. Ha dirigido a 10 clubes diferentes y también a la Selección de Japón (2014-2015) y a Egipto (2018-2019). Recibió la invitación de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) para llevar el proyecto Tricolor rumbo al Mundial 2026 cuando estaba desempleado, pues no le renovaron el contrato con el Real Club Deportivo Mallorca, lugar donde vivió del 2022-2024.
Han pasado 30 años desde que dirigió a su primer club, el Atlante. Cuando se retiró como jugador, no pudo resistirse a ser entrenador, pese a que se compadecía de la presión que representa.
“Es verdad, son 30 años. Empecé en mayo de 1996. Ha sido un sube y baja constante en lo emocional. Afortunadamente, tengo una pareja, mi esposa Silvia, que me ha permitido mantener el equilibrio que se necesita porque fracasas y la gente te lo echa en cara. El trabajo es público y todo el mundo sabe de fútbol, porque es un deporte que le gusta mucho a los mexicanos y es muy fácil de entender. Entonces, ha sido un cúmulo de historias en estos 30 años, pero no las cambiaría por nada. Hay entrevistas mías a los 34 años de edad, al borde del retiro y yo decía: nunca voy a ser entrenador. La soledad de estos hombres, el sufrimiento, no lo quiero para mí”.
Hoy, la vida lo sorprende. La FIFA lo nominó en la categoría Mejor Director Técnico del Año para los premios The Best en un listado que incluye a Mikel Arteta, Luis Enrique, Hansi Flick, Enzo Maresca, Roberto Martínez y Arne Slot. Para dimensionar la importancia, Pep Guardiola y Carlo Ancelotti tienen este prestigioso reconocimiento.
--¿Después del Mundial 2026 te ves dirigiendo a largo plazo en clubes o en Selección?
--“Buena pregunta. Habría que hacérsela a Silvia. Ella diría que no, pero yo diría que sí. No se sabe nunca, es difícil planear”.
En la cena de gala de Endeavor Night, a Javier Aguirre lo sentaron en la mesa de Grupo Ollamani, que cotiza en Bolsa y comprende a cinco empresas mexicanas dedicadas a la industria del deporte y entretenimiento: club América, estadio Banorte, Editorial Televisa, Intermex y Play City.
“El premio es algo inesperado, sorpresivo, estoy muy orgulloso. En el ámbito futbolístico se renuncia a reconocimientos entre empresarios ¿no? Son premios entre futbolistas y esto es distinto, lo otorgan mexicanos. Entonces, nadie es profeta en su tierra, pero este tipo de reconocimiento es un estímulo más para representar a mi país en el Mundial”.
--¿La nominación al premio FIFA The Best cambia, de alguna forma, cómo miras tu trabajo como entrenador?
--“Sí, claro. Insisto, es una retroalimentación. Es decir, valió la pena sacrificar a la familia. Yo he estado en 14 ciudades de siete países, pero lo que esto implica para mis hijos. Cambios de escuela, lejos de familiares, fallecimientos. Tus hijos no saben la historia de México o el himno, cambiamos de lugar. Entonces, bueno, esto es para mí como un reconocimiento a Silvia y a mi familia de que el empleo que eligió su padre valió la pena”.
MANAGEMENT AL ESTILO AGUIRRE
Después del fracaso de la Selección en Qatar 2022 y de los cambios estructurales en la directiva de FMF, el Comisionado Presidente Mikel Arriola contactó a Javier Aguirre para explicarle desde datos económicos del negocio del fútbol en México hasta la prioridad de tener buena comunicación con los dueños de los clubes. De acuerdo a datos de la FMF, alrededor del 70% de los jugadores convocados son de la Liga MX.
--¿Cuáles han sido tus principios de management con los líderes de los clubes?
--“La transparencia. La gente me conoce desde hace 50 años. Saben cómo soy, con mis defectos, virtudes y me creen. Y eso es muy importante, la credibilidad. Soy congruencia, hacer lo que dices. En ese sentido tengo, si me permiten la expresión, un prestigio ganado a pulso o por trabajo. Tengo un buen defecto, pero si te digo que esto es así, es así. Y eso a la gente le gusta, a los dueños de los equipos, a los grandes líderes, no les des vuelta, diles lo que va a pasar y lo que no. Las consecuencias de esa decisión y en ese sentido, a veces me han dicho que no. Insisto, la transparencia y la comunicación son fundamentales. Son 50 años hablando de lo mismo, me da mucha seguridad hablar de eso”.
Para cerrar la entrevista, se recordó su pasado como residente de la colonia Lindavista, cuando la máxima dificultad era ser tercera base en un equipo de béisbol.
--¿Qué ha sido más difícil: ser tercera base o dirigir la Selección?
--“Ser tercera base de un equipo. Esas rolas calientes que rebotan en el guante, en la cara, eso es difícil. En Lindavista duró muy poquito mi tiempo, afortunadamente”.




