Lectura 5:00 min
Premio Nobel de Física por contribuir a entender complejidades como el cambio climático
Este es un llamado de atención a defender la Tierra, la humanidad y el equilibrio entre ambas. Eso es lo que significa este premio, dice Alejandro Frank, del C3.

Foto: Reuters
El Premio Nobel de Física 2021 es para Syukuro Manabe, Klaus Hasselmann y Giorgio Parisi, quienes han permitido reconocer nuevos métodos para describir y predecir el comportamiento de sistemas complejos a largo plazo, estos se caracterizan por la aleatoriedad, el desorden y que son muy difíciles de comprender.
Un ejemplo es el clima de la Tierra. En este tema, Syukuro Manabe demostró cómo el aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera conduce a un aumento de las temperaturas en la superficie de la Tierra. Fue la primera persona en explorar la interacción entre el balance de radiación y el transporte vertical de masas de aire. Su trabajo sentó las bases para el desarrollo de modelos climáticos actuales.
Diez años después, Klaus Hasselmann creó un modelo que vincula el tiempo y el clima, respondiendo así a la pregunta de por qué los modelos climáticos pueden ser fiables a pesar de que el tiempo es cambiante y caótico. Sus métodos se han utilizado para demostrar que el aumento de temperatura en la atmósfera se debe a las emisiones humanas de dióxido de carbono.
Por otra parte, Giorgio Parisi descubrió patrones ocultos en materiales complejos desordenados. Sus descubrimientos se encuentran entre las contribuciones más importantes a la teoría de sistemas complejos y permiten comprender y describir muchos materiales y fenómenos diferentes que aparentemente son aleatorios.
En México precisamente contamos con un Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) dentro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por lo que para los investigadores que ahí colaboran y sus colegas fue una noticia fascinante que se otorgara este premio. “Es un poco sorpresivo, este es el primer Nobel que se le da a un tema que no es enteramente disciplinario, sino que es gente que ha contribuido de forma multidisciplinaria a grandes problemas. Es muy importante y hay que hacerlo notar”, asegura Alejandro Frank, coordinador general del C3.
“Para nosotros este premio es un reconocimiento también, porque hace 10, 15 años empezamos a empujar en esa dirección, la asociación de muchas disciplinas y buscar en los problemas reales de la sociedad las asociaciones y correlaciones que hay”, dice.
También comparte estar muy contento porque se retoma un tema fundamental, que es el cambio climático, recordó que hemos tenido premiados como Ilya Prigogine, quien en 1967 recibió el Nobel por crear el concepto de estructuras disipativas y posteriormente “tuvimos el tremendo honor de que un mexicano, Mario Molina, recibiera el Nobel de Química por su descubrimiento de la afectación a la capa de ozono por los gases (freones) que utilizamos comúnmente, como en los refrigeradores. Desafortunadamente no logró ver este premio que enfatiza el trabajo de tres físicos que consiguieron el galardón por sus aportaciones en sistemas físicos complejos y estudios del clima.
¿Qué es el estudio de la complejidad?
Son sistemas formados por muchos componentes y en cada una de sus escalas presenta fenómenos llamados emergentes, “lo interesante es que en lugar de ir desmenuzando un tema, como las capas de una cebolla, se sigue el camino inverso: el integrar las distintas escalas y sus correlaciones".
¿Para qué sirve esta perspectiva?
A veces los golpes de realidad vienen muy fuertes, como la pandemia por ejemplo, que es en parte consecuencia del daño que hemos provocado a la biosfera, pero que además tiene que ver con epidemiología, ecología, especies, comunicaciones, movilidad, etcétera, todo está ligado y la ciencia ha hecho hazañas en los últimos años para entender el fenómeno y poder empezar a ver la luz. Esta red de conexiones es a lo que llamamos sistemas complejos y se está premiando la conciencia de esta interacción y no separabilidad entre las ciencias y las humanidades.
¿Hay proyectos en México al respecto?
Hay grandes trabajos que se investigan en México atendiendo a la complejidad, que aunque no han recibido la atención o el apoyo suficiente han crecido.
Desde el C3 estamos trabajando en temas ligados con el cambio climático, los energéticos o la salud. Por ejemplo, al pensar en enfermedades como diabetes, en un principio se pensaba que era solo una cuestión de índole médica, pero no, también es un problema social, de pobreza, de nutrición y esta nueva forma de mirar los problemas enriquece enormemente las posibilidades de la salud.
“Este premio señala el problema de un mundo en guerra constante y con conflictos políticos, pero tenemos un monstruo de problema que no se está mirando, un tema que está sobre nosotros con cambios que pudieran ser irreversibles. Huracanes, incendios, inundaciones. Creo que este premio nos señala la importancia de la ciencia con un enfoque transdisciplinario y con impacto social. La manera de lograrlo es apoyar este tipo de esfuerzos. Este Premio Nobel es una esperanza para nuestra biósfera, la tierra misma y la supervivencia de la humanidad.
“Estamos preocupados por el mundo y nuestro país, en este momento en que los colegas y los científicos hemos sido agredidos, con más razón hay que hacer saber a la comunidad que no se trata de un grupo de elitistas privilegiados. La gran mayoría de mis colegas son humanistas comprometidos con México y con el mundo y este premio Nobel lo hace más patente, la necesidad de adoptar el cariño por la ciencia y el conocimiento”, dijo Frank.
kg