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Arte e Ideas

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"Axolotiada": los misteriosos perfiles del una larva acuática

La antología de Roger Bartra procura reivindicar al anfibio a partir de "La jaula de la melancolía" y ahondar en su significación a través de los discursos que han surgido a lo largo de cinco siglos.

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En "Axolotiada. Vida y mito de un anfibio mexicano" (FCE/INAH/Semarnat, 2011), Roger Bartra –antólogo y autor de las notas y la introducción del libro– y Gerardo Villadelángel Viñas –coordinador y editor del volumen– constatan cómo el axolote pasó de ser un mito ligado a las antiguas deidades nahuas y un enigma científico que intrigó a los naturalistas clásicos a ser un misterio que ha cautivado a los escritores y artistas plásticos de los siglos XX y XXI.

A partir de "La jaula de la melancolía" de Bartra, el antropólogo y el editor exploran las relaciones multidisciplinarias alrededor de la larva acuática desarrolladas a lo largo de los siglos.

La premisa de la antología fue reivindicar al axolote a partir del ensayo de Bartra, fue enfocarnos en la metáfora del anfibio. Procuramos resignificarlo a través de los discursos que ha tenido a lo largo de cinco siglos, de los perfiles trazados a partir de la propia naturaleza del animal , afirmó Villadelángel Viñas.

Fray Bernardino de Sahagún, Francisco Javier Clavijero, Auguste Duméril, Stephen Jay Gould, René Daumal, Aldous Huxley, Primo Levi, Giorgio Agamben, Julio Cortázar, Octavio Paz, Salvador Elizondo, Jun José Arreola y José Emilio Pacheco son algunos de los autores que integran la antología.

El volumen es un objeto sumamente atractivo. La camisa del libro refleja como espejo el rostro del lector en la cara del axolote; la portada reproduce el código genético del animal; el libro muta: el tipo de papel, los colores y las intervenciones tipográficas se transforman. Además de las creaciones de múltiples artistas –como Diego Rivera, Francisco Eppens y Brian Nissen–, la antología incluye detalladas fotografías de Fernando Villa del Ángel en las que se perciben las asombrosas características físicas de los axolotes.

En entrevista, Roger Bartra (ciudad de México, 1942) conversa sobre la evolución de la metáfora del axolote.

¿Cómo se desarrolló su visión del axolote durante los 24 años que mediaron entre la publicación de La jaula de la melancolía –libro en el que plantea al anfibio como arquetipo de la metamorfosis del mexicano, símbolo del carácter nacional– y la antología?

Es un cuarto de siglo fascinante. Contempla el proceso de erosión y decadencia del viejo mito del nacionalismo revolucionario. Lo hice encarnar en la figura del axolote. Me da gusto que las predicciones –aunque es un poco pretencioso llamarlas así– de que estaba agotado el mito de la identidad nacional resultaron ciertas. La erosión de la identidad nacional abrió el paso a las transformaciones democráticas de fin de siglo, las cuales estamos viviendo con muchas dificultades. Ese cuarto de siglo contempla esa transición, por lo tanto es muy emocionante para mí que hubiese surgido la idea –por parte de Gerardo Villadelángel– de volver a poner la metáfora en circulación y que nos sirviese para convocar a escritores y artistas para reflexionar de nuevo, 24 años después, sobre el problema del carácter nacional del mexicano bajo una nueva perspectiva, aceptando el juego de poner en el centro a este animal de manera colectiva.

¿Qué lo condujo, desde la escritura de La jaula de la melancolía, a utilizar al axolote como representación irónica del carácter nacional del mexicano, como metáfora de la identidad, según la propuesta de Julio Cortázar en Axolotl ?

Andaba buscando algo que estructurase mi libro. Ya estaba trabajando en una investigación sobre el carácter nacional del mexicano –tema que en aquella época, paradójicamente, no era muy popular; me decían: eso ya ha sido estudiado, Octavio Paz y Samuel Ramos dijeron más o menos lo último que había que decir. Yo quería hacer una crítica irónica pero necesitaba una estructura. Me topé con el axolote. El texto de Cortázar me ayudo a decidir que el animal fuese el esqueleto de La jaula de la melancolía. Resultaba la metáfora perfecta para hablar de esa mezcla de espíritu juvenil pero subdesarrollado al mismo tiempo, de incapacidad de alcanzar la metamorfosis para llegar a la modernidad, y además siendo un animal típico de esta región. Me pareció que tenía el esqueleto que podía vertebrar mi ensayo. Así fue como lo construí. En esa época leí mucho sobre los axolotes: el trabajo de biólogos, historiadores y escritores. Buena parte del material que leí en aquella época, que quedó más o menos al margen, es recuperado en la antología. He buscado más textos. Gerardo tuvo la idea de convocar a artistas y escritores a reflexionar sobre el tema. El libro es un objeto enormemente atractivo. Está lleno de ilustraciones de lo más extrañas y atractivas, las historias y los ensayos contenidos allí son muy variados.

¿En qué momento se propuso desentrañar el significado de la existencia de estos animales?

Por mi condición personal, ser de padres extranjeros –criollo sería llamado en el siglo XIX–, refugiados que huyeron del fascismo en España, tenía una inquietud por el tema de la identidad nacional. Aunque mi identidad catalana y mexicana no representa una contradicción, es un motivo de reflexión. Siempre pensé en el tema. En los 80 del siglo pasado decidí hacer una investigación propiamente dicha y una reflexión sistemática sobre el tema. La larva de ese ensayo venía de mucho tiempo antes.

¿De qué manera percibe el despliegue de los múltiples perfiles del anfibio?

Para los escritores y artistas actuales el anfibio sigue siendo enormemente misterioso, atractivo y repulsivo. Hay una ambigüedad al respecto. El interés científico sigue siendo importante porque el axolote no ha perdido la capacidad de intrigar a los científicos. Ahora están interesados en la capacidad de regeneración corporal que tiene. Es motivo de experimentación. A los artistas les parece inquietante la dimensión plástica: las branquias flotantes, la movilidad. No ha perdido su poder de atracción.

¿Cómo sintetiza la contradicción simbólica que representa el axolote, que reside en el hecho de encarnar la juventud acuática del animal del fuego, la salamandra?

El axolote es un nudo de contradicciones. Es característico de una polaridad. La contradicción del animal acuático y la salamandra asociada al fuego es una larga tradición mitológica. Me ha interesado más la polaridad del carácter juvenil –que encarna lo nuevo- y la incapacidad de metamorfosearse en adulto. Esa es la contradicción más dramática que representa el axolote. Puede ser utilizada como metáfora del subdesarrollo mexicano.

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