Buscar
Opinión

Lectura 3:00 min

Gana la abstención lúcida

Fausto Pretelin Muñoz de Cote | Globali… ¿qué?

Si votar genera sospecha, existe un escenario anómalo.

La abstención superó el 85%, el porcentaje más alto en elección alguna que se haya registrado en la historia de Venezuela.

Ocurrió el pasado 25 de mayo.

Con el propósito de pasar página de la humillante derrota recibida en las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, la dictadura de Maduro adelantó elecciones de la Asamblea y de todas las gubernaturas.

“Imaginen un país en donde un gobierno decide qué partidos pueden inscribir candidatos; determina cuáles candidatos están habilitados para participar y cuáles no”, escribió ayer María Corina Machado en una columna de opinión en La Nación de Argentina.

¿Qué ocurrió en el país para que las elecciones se hayan convertido en un hecho insignificante?

La victoria de la abstención es la derrota del elector gubernamental.

La abstención rompe con la inercia de la simulación, del teatro del absurdo, de la manipulación.

China desmanteló la democracia en Hong Kong el día en que sus fuerzas policíacas ingresaron a las universidades, y la noche en la que el régimen les impuso a los electores los candidatos por los que deberían de votar. (El origen del acordeón.)

Fidel Castro derrocó a la dictadura de Fulgencio Batista, pero se rindió ante el terciopelo del sillón del dictador.

El movimiento de Daniel Ortega también derrocó a una dictadura y prometió la permanencia de la democracia. Hoy, su esposa lo gobierna y también a Nicaragua. La democracia familiar. Pronto gobernará alguno de sus hijos y dentro de 40 años alguno de sus nietos.

Hugo Chávez prometió un régimen distinto al de los partidos corruptos que le antecedieron. Al paso de los años cambió de opinión. Su herencia se la dejó a Cuba, y entre su contenido se encontraba la elección de su sucesor. Nicolás Maduro Moros. Hoy, señalado como autor de crímenes de lesa humanidad.

José Saramago escribe en Ensayo sobre la lucidez unas elecciones donde gana el voto en blanco. El Gobierno se enoja y ordena su repetición. El porcentaje del voto en blanco se incrementa hasta el 83%.

En un mundo donde la política ha creado las verdades alternativas, la mentira legitima el engaño. Un presidente puede ser un mafioso o un narcotraficante. Todo vale.

La importancia por controlar el poder judicial es necesario para la producción de eventos totalitarios.

Daniel Ortega decretó la existencia de la bicefalia en la presidencia; Nicolás Maduro decretó su victoria en las elecciones del 28 de julio; Donald Trump decretó el pensamiento único en las universidades.

¿Votar?

Temas relacionados

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas