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Se acabo la fiesta en Silicon Valley
En las últimas semanas se han multiplicado las noticias sobre los despidos masivos en Silicon Valley y el sector tecnológico en Estados Unidos. De acuerdo con layoffs.fyi, un portal que recopila información sobre este fenómeno, Amazon despidió entre finales del 2022 y lo que va del 2023 a 18,000 personas, Google a 12,000, Meta (Facebook) a 11,000, Microsoft a 10,000 y Salesforce a 8,000. Se estima que en lo que va del 2023 ha habido poco menos de 100,000 despidos por parte de las empresas de tecnología.
¿Qué está pasando para que las empresas que parecía que iban a dominar el mundo, que pagaban salarios millonarios a jóvenes recién graduados de la universidad y construían no oficinas, sino campus de miles de millones de dólares, ahora están teniendo que despedir tanta gente?
A partir de la crisis financiera del 2008, y aún más durante la pandemia, los Estados, y sobre todo de EU, imprimieron dinero como nunca. La política monetaria de tasas de interés reales cercanas a cero y la compra indiscriminada de activos por parte de los bancos centrales —el quantitative easing— inyectaron una cantidad de efectivo a los mercados financieros que infló las valuaciones de todo. Por si fuera poco, cuando parecía que esto llegaría a su fin, vino la pandemia ante la cual los gobiernos se pusieron a imprimir aún más dinero inflando los precios de todo.
Esta bonanza llevó a excesos. Desde el absurdo valor de las criptomonedas, a inversiones en startups que no tenían más que una presentación de PowerPoint o a valuaciones en la bolsa totalmente absurdas. Es cierto, esto no solo benefició a los inversionistas. Durante años, los consumidores tuvimos acceso a productos como transportes, películas o entregas a domicilio subsidiados, ya que todas estas empresas solo tenían que demostrar crecimiento en ventas, y no rentabilidad, para justificar sus valuaciones.
Pero la fiesta se acabó desde mediados del año pasado. Ante el aumento de la inflación, los bancos centrales, y en particular la Fed, se vieron obligados a subir las tasas de interés.
Esto llevó a la caída en los mercados financieros en todas las industrias, pero particularmente en las empresas de tecnología cuyas valuaciones dependen más de flujos futuros y crecimiento que de sus ganancias hoy. En los últimos meses, la caída del valor de las acciones ha sido estrepitosa. Hoy, las acciones de Amazon valen 59% de su máximo del último año, las de Google 67% y las de Meta 75 por ciento. Y estos son los gigantes. Empresas como Carvana, el Kavak de EU, hoy valen 8% de lo que llegaron a valer.
Y eso nos lleva a los despidos de hoy. Estas empresas contrataron de más con todo este capital, sobre todo durante la pandemia, y ahora los empleados están pagando el costo. Y no es que vayan a desaparecer estas empresas gigantes, incluso los mercados han “recompensado” esta conducta por lo cual el valor de sus acciones se ha empezado a recuperar —pero sí estamos presenciando un cambio sistémico.
Pero no todo son malas noticias. El hecho de que estos gigantes tengan que despedir tanta gente crea muchas oportunidades para otros. Como lo describe en el Financial Times Marietje Schaake, esto abre la oportunidad para el sector público de contratar a personas con conocimientos y experiencias únicos. No es solo el Estado, empresas que antes no podían competir con los sueldos exorbitantes de las empresas de tecnología ahora podrán cerrar la brecha de sus capacidades tecnológicas. La oportunidad está ahí para quién la quiera aprovechar.