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Opinión

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Mercado laboral, ineficiente

Proponer una reforma a la ley laboral en México no es difícil (hay muchísimas iniciativas archivadas en el Congreso); lograr acuerdos para aprobarla, sí.

Algunos países son más prósperos. En todos hay problemas, pero en algunos se resuelven mejor que en otros.

Para el éxito económico no hay una fórmula única. No obstante, la eficiencia del mercado laboral y la calificación de la fuerza laboral son sin duda muy importantes para crear riqueza. Según The global competitiveness report 2010–2011 , México no está muy bien en el primer aspecto: se ubica en el lugar 120 de entre 139 países, lejos de, por ejemplo, Brasil (96), India (92), Rusia (57) y, sobre todo, China (38).

Para evaluar esa eficiencia, el estudio referido considera nueve aspectos. México está peor que China e India, por ejemplo, en cooperación entre trabajadores y patrones (74 contra 58 y 49), en relación entre remuneraciones y productividad (98 contra 15 y 61), en flexibilidad salarial (92 contra 56 y 61), en rigidez del empleo (104 contra 78 y 77) y prácticas de contratación y despido (120 contra 62 y 89).

India tiene más de 45 piezas de legislación laboral y algunas, como la ley de sindicatos, se enmendó no hace mucho tiempo. Rusia adoptó un nuevo código laboral en el 2001. En China entró en vigor una ley sobre contratos laborales en el 2008. En Brasil, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), se introdujo más flexibilidad en las relaciones y una mejor protección de los derechos laborales. En México…

La semana pasada asistí al Foro La reforma a la Ley Federal del Trabajo. Su alcance e impactos, en el que participaron un economista, dos abogados, un periodista, un empresario y un funcionario público. No fue un debate o una discusión. Tampoco fue un diálogo. No hubo muchas propuestas explícitas. Fueron seis exposiciones diversas (análisis, críticas, puntos de vista).

No se trataba de llegar a acuerdos, pero hubo coincidencias: a) las intervenciones se refirieron principalmente a la propuesta del PAN (18 de marzo del 2010), la cual -se dijo- tiene elementos positivos; b) es necesario reformar la Ley Federal del Trabajo (LFT), pues el contexto ha cambiado mucho desde 1970; c) se requieren otras reformas -fiscal, pensiones, seguridad social, política-; d) no debe exagerarse el poder de la LFT, pues es una referencia y no está destinada a todas las personas ocupadas -su alcance es limitado-; e) urge mejorar la justicia laboral; f) es indeseable el corporativismo y la falta de libertad sindical; g) es necesario reglamentar la subcontratación y otras formas de contratación, y h) nadie se opuso al trabajo digno o decente.

Hubo diferencias acerca del propósito de las reformas (flexibilización, abaratamiento del despido, facilidad para contratar, estabilidad del empleo, productividad, entre otras), los efectos previsibles de las reformas, la probabilidad de la aprobación de reformas antes del 2012, etcétera.

Después de escuchar a los ponentes y al público durante cuatro horas, mi conclusión fue la siguiente: a) proponer una reforma a la ley laboral en México no es muy difícil (hay más de 300 iniciativas estancadas en el Congreso); b) criticar u opinar acerca de cualquier reforma es más fácil; c) llegar a acuerdos para reformar una ley laboral es difícil, sobre todo si su contenido es muy amplio -la LFT tiene más de 1,000 artículos-, y d) aprobar una reforma en un Congreso es más fácil que hacer cumplir cotidianamente una ley vigente.

fnunez@eleconomista.com.mx

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