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Opinión

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La burbuja olímpica

El enigma del deporte mundial ha cambiado; en este momento la pregunta no es si habrá Juegos Olímpicos este año, sino ¿cómo será Tokio 2020? Lo ha dicho Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el líder que ha asumido la tarea de salvar al movimiento de una catástrofe financiera.

A menos de 110 días de la gran fiesta, las interrogantes ahora son: ¿Tendrá Tokio 2020 público en los estadios? ¿Viviremos los primeros olímpicos de la historia sin gente en las tribunas? ¿Será Tokio una ciudad sin celebraciones masivas en sus parques y plazas? ¿Tendrán los atletas una villa vibrante o serán aislados en burbujas olímpica de máxima seguridad sanitaria?

Está claro: no importa cómo, pero los Juegos tienen que celebrarse. ¿Cuál sería la consecuencia de no realizar el evento? Ivar Sisniega Campbell, tres veces competidor olímpico por México y actual Secretario General de PanamSports, entidad organizadora de los Juegos Panamericanos, explica:

“El impacto financiero de una cancelación sería altísimo. A lo mejor es muy simple decir, es que el COI no quiere dejar de recibir el dinero que proviene de los derechos de televisión; pero ese dinero del COI, no es sólo del COI, es un dinero que se reparte entre las Federaciones Internacionales para apoyar el desarrollo de cada uno de los deportes en el mundo, sobre todo esos deportes que no cuentan con mucho financiamiento fuera de los Juegos Olímpicos, y ese dinero regresa también a organizaciones como PanamSports, una por cada continente, para poder apoyar a los comités olímpicos de cada región, por lo que la cancelación de los juegos afectaría no sólo a los atletas actuales, sino a generaciones futuras”.

Vacunas, cuarentenas y reducción de asistentes a Tokio son los ejes de la estrategia del gobierno japonés para evitar más contagios. Sin embargo, nadie puede asegurar que los 206 comités olímpicos sean capaces de conseguir vacunas para todos sus asistentes a los Juegos.

Con el tiempo en contra y una pandemia mutante, el COI intenta emular a la NBA, la liga de basquetbol profesional de Estados Unidos que aisló a un millar de personas en Orlando, Florida, durante el verano del 2020 y que concluyó así su temporada con “cero contagios”.

Sin embargo, los Olímpicos son un coloso que convoca a unas 17,000 personas, entre atletas, entrenadores, médicos y oficiales. Si además sumamos periodistas, dignatarios, patrocinadores, invitados especiales, el número supera a los 40,000 acreditados, por lo que la tarea para el COI y el gobierno japonés es titánica.

El primer temor es que el virus se propague entre los deportistas, entrenadores y oficiales durante los 17 días del evento, pero también está el peligro latente de que el mundo enfrente una pandemia post-olímpica, una vez que los participantes regresen a sus países de origen.

“Hoy por hoy el mundo olímpico está entero y enfocado para que los Juegos se lleven a cabo. No sabemos cómo se van a realizar; si se harán con tribunas llenas, con el 50%, o sin público como ha ocurrido ya con las grandes ligas profesionales en el mundo. Esta es una decisión que va a tomar el gobierno japonés de manera unilateral. Pero lo cierto es que hoy en día los grandes eventos deportivos internacionales están más hechos para la televisión que para los asistentes a los escenarios”, comentó Ivar Sisniega, quien fungió como Presidente del Comité Organizador de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011.   

Los Juegos Olímpicos viven la cuenta regresiva más tensa y angustiante en su historia, pero aún así los atletas del mundo marchan -en plena adversidad- hacia su cita cumbre: las ocho de la noche del 23 de julio de 2021, hora en que debe iniciar la Ceremonia de Apertura en el Estadio Olímpico de Tokio. Cada competidor, cada atleta, cada equipo olímpico ha apelado a la creatividad y a la improvisación para mantenerse entrenando el último año; ya sea instalando gimnasios caseros, nadando en albercas recreativas, utilizando simuladores de realidad virtual, preparándose con aparatos “hechos en casa”, etcétera.

Más allá de los récords y las proezas que anhelamos ver durante esos 17 días, los Juegos son la gran oportunidad de que nuestra especie pueda celebrar una victoria global sobre el virus del covid-19. Tokio construye -contra el tiempo- la burbuja más grande que haya visto la humanidad.

El autor es Antonio Rosique, periodista deportivo desde 1996 en TV Azteca. Ha viajado a cubrir cinco Juegos Olímpicos de verano e invierno y es autor de los libros: “El Día de mi Vida I y II: las 24 horas que marcaron la vida de 20 medallistas olímpicos mexicanos”.

@Antonio_Rosique

www.antoniorosique.com

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