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Equidad de género por cuotas: incluyente pero aún insuficiente
¿Habrá equidad porque la mitad de los candidatos serán mujeres? La equidad de género es algo profundo, valioso, necesario y urgente, que no va a mejorar sólo con esa medida.
La participación de la mujer en cargos de elección y su presencia en la administración pública es reducida y no corresponde a su potencial de talento, sensibilidad y profesionalismo. Es innegable que prevalecen obstáculos y competencia desleal.
A partir del 2015 los partidos deberán incluir 50% de mujeres en sus candidaturas. ¿Eso puede realmente ayudar a transformar la conciencia social y la cultura imperante?
Cualquier cambio coercitivo o por disposición de ley generalmente incide en las consecuencias, pero rara vez en las causas.
Acceder a un cargo de elección popular debería exigir cualidades muy especiales, como: compromiso, actitud de servicio, vocación, capacidad, honradez, experiencia, conocimientos y creatividad. ¿Entonces, el género es lo más importante?
No basta con una cuota de género equilibrada. La nueva disposición no debe desviar la atención de lo prioritario. La discusión de fondo es cómo construir un buen gobierno que promueva una efectiva igualdad entre el hombre y la mujer.
Nos urgen buenos gobiernos. A la mujer, además de igualdad laboral y profesional, le urge solidaridad del hombre en múltiples tareas socialmente necesarias, como la educación de los hijos, su crianza, las tareas diarias del hogar, por mencionar algunas.
La equidad de género no es sólo cuestión de mujeres. Conozco, y me incluyo, muchos hombres que han trabajado en serio por ella y también mujeres que hacen lo contrario, empezando por madres que educan a sus hijos dentro de una cultura machista. El cambio integral es cultural, y eso abarca a todos.
Central es que haya una verdadera oportunidad de estudios para las mujeres. Y eso no requiere que su origen sea una propuesta femenina.
A muchas mujeres jóvenes mexicanas, las más vulnerables, las tienen atadas a su casa, a sus hermanitos y a la cocina. Múltiples usos y costumbres que deben ser evolucionados con inteligencia y sensibilidad por promotores sociales, mujeres y hombres, y eso no se hace aún, porque es un terreno fangoso políticamente incorrecto .
¿Es suficiente que la participación de la mujer se dé por un sistema de cuotas obligatorias? Creo que es necesario pero no suficiente. Debemos trabajar con profundidad, en un proceso de cambio cultural, que permita una más trascendente presencia femenina en la vida nacional. No hacerlo así transformaría esta nueva disposición en una medida cosmética, que introducirá cambios para que todo quede igual.