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Desilusión en el mano a mano de La México

Las malas condiciones del encierro de xajay fue determinante para que ayer no fuera la corrida esperada.

Toda la buena intención de triunfar por parte de los alternantes, el hidrocálido Joselito Adame y el peruano Andrés Roca Rey en la segunda corrida de la Temporada Grande 2016-2017, se fue por la borda al estrellar sus deseos de agradar en las malas condiciones del encierro titular de Xajay.

Abrió Plaza el aguascalentense, quien lanceó a la verónica rematando con una revolera y a una mano para escuchar los primeros olés del público asistente; luego su banderillero, Gustavo Campos, saludó en el tercio tras colocar con gran técnica los avivadores, y tras permitirle hacerlo, brindó a su hermano Luis David, quien no pudo confirmar su alternativa al estar lesionado.

Con la muleta inició por alto tomado del estribo, para luego torear por ambos lados con temple y trasmisión en una labor que la gente ya saboreaba con triunfo pero al írsele la mano muy abajo para matar, se dividieron las opiniones.

Con su segundo, un astado soso y aplomado, poco pudo hacer y para su mala fortuna volvió a matar abajo y le abuchearon.

Ya con su tercero y último, Adame tuvo que pechar con otro toro deslucido y sin trasmisión al que le hilvanó algunos detalles por el lado derecho, pero se vio en la necesidad de abreviar y le aplaudieron.

Por su parte el diestro sudamericano abusó de valor ante el segundo del festejo, su quietud y desafío al torear de rodillas y exponer en demasía, le valió saludar en el tercio tras pasaportarlo.

En el cuarto de la tarde, un astado áspero y complicado estuvo variado en el capote y voluntarioso en su faena, pero también mató deficiente y se retiró en silencio.

Con el cierra plaza, el peruano entendió que no se podía hacer mucho y abrevió para escuchar palmas al término de su labor.

Triunfo y fracaso en la inaugural

La primera corrida de la Temporada Grande se llevó a cabo el sábado pasado con un triunfador a medias, el alicantino José María Manzanares, quien luego de una faena cargada de tersura y suavidad malograda con un bajonazo recibió una oreja del juez Jorge Ramos, quien consideró mayoritaria la petición del público.

Por su parte, el diestro capitalino Eulalio López El Zotoluco y el torero extremeño Alejandro Talavante, estrellaron sus deseos de triunfo con un encierro de Bernaldo de Quirós, que si bien tuvo presencia, evidenció mansedumbre, falta de fondo y se agarró al piso sin dejar oportunidad a los matadores de lucir en sus labores.

En este contexto el balance de los toreros fue Zotoluco: Breves palmas y silencio tras un aviso; Manzanares: Palmas y oreja con protestas; y Talavante: silencio en su lote. Christian Adolfo Sánchez saludó en el tercio luego de colocar banderillas con mucha exposición al cuarto del festejo. La asistencia, unas 10, 000 personas, fue de las más bajas que se recuerden en una inauguración en la última década.

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