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¿Son buenas las combinaciones de fármacos para el dolor?

Cinvestav lo analiza a través de la metodología llamada Superficie de interacción sinérgica, cuyo propósito es revisar diversas proporciones de combinaciones o interacciones farmacológicas entre dos fármacos.

Foto: Cortesía

En el ámbito médico es frecuente recurrir al sinergismo farmacológico, es decir, la implementación del uso combinado de fármacos, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud estima que las personas con enfermedades crónicas, en su mayoría adultos mayores, toman tres o más medicamentos diarios al mismo tiempo pues, aunque algunas sustancias pueden ser útiles para el control del dolor, son limitadas en su eficacia cuando se usan en administración simple. Sin embargo, no todas las combinaciones de fármacos son apropiadas.

Hasta hace pocos años el estudio científico sobre esa práctica ofrecía datos insuficientes para conocer la bondad de los resultados de mezclas, en comparación con el uso de componentes individuales.

Con el objetivo de crear una idea más clara y adecuada de la importancia del sinergismo farmacológico entre analgésicos y no analgésicos y de su posible utilidad, el doctor Francisco Javier López Muñoz, investigador del departamento de Farmacobiología del Cinvestav Sede Sur, analiza múltiples combinaciones de medicamentos en aras de atender diversos tipos de dolor.

“La idea principal, al administrar en forma asociada dos fármacos (una sola fórmula que incluye dos o más principios activos) se debe al deseo de aumentar los efectos: tanto en su intensidad como su duración y, a la vez, tener la posibilidad de disminuir los efectos adversos con el empleo de dosis más pequeñas”.

El especialista explica que por ejemplo, con el uso de analgésicos para el dolor, se sabe que un agente puede afectar tanto la farmacocinética (fases por las que pasa un medicamento en el cuerpo humano) como la farmacodinamia (estudio de los efectos bioquímicos y fisiológicos de los fármacos) del otro y producir cambios benéficos en el efecto final. Algunas de las combinaciones que han generado resultados relevantes son, por ejemplo, en dolor de tipo artrítico: metamizol con morfina o ketorolaco con tramadol y en dolor de tipo neuropático: gabapentina con tramadol o haloperidol con gabapentina.

Pero algo delicado de estos mismos estudios es que se ha demostrado que no basta solo con combinar cierta dosis de un fármaco con el otro, sino que es necesario administrarlos en las proporciones específicas y correctas para obtener el máximo beneficio, por ello la automedicación está prácticamente descartada.

Superficie de interacción sinérgica

Para este proyecto, López Muñoz planteó una metodología llamada Superficie de interacción sinérgica cuyo propósito es analizar diversas proporciones de combinaciones o interacciones farmacológicas entre dos fármacos.

Explica que la investigación preclínica, donde se desarrolla este estudio, es la etapa de exploración que empieza antes de las pruebas en humanos y es una herramienta poderosa que permite conocer y analizar adecuadamente procesos en forma más segura y económica, además de sugerir el análisis de nuevas estrategias de tratamiento a favor del paciente.

Este modelo permite detectar tanto las combinaciones más eficaces, así como determinar si el efecto que causan (que puede superar los generados por los fármacos administrados individualmente), ocurre por una suma o potenciación.

Este es un modelo que también pretende vencer dificultades, pues los resultados generalmente pueden verse influidos por características como: los procedimientos y circunstancias experimentales empleadas en la evaluación de las combinaciones, dificultades en la medición del dolor, la vía de administración y hasta el tipo de protocolo para analizar la asociación. Por ejemplo, la aspirina con fenacetina (ambos analgésicos) había sido sometida a varios ensayos analgésicos clínicos y de laboratorio, sin embargo, los resultados obtenidos eran contradictorios, pues se encontró que el efecto de la combinación no fue superior al de la administración de aspirina sola, mientras que otras referencias indicaron potenciación analgésica.

Evitar la administración simultánea

Se espera que este modelo crezca en datos y pueda determinar puntualmente cuáles serían las mejores combinaciones para generar la más alta eficacia, así como el mejor grado de potenciación y, después de los estudios pertinentes preclínicos y clínicos, administrar con mayor certeza las dosis adecuadas. Sin embargo, hoy uno de los mensajes más importantes es evitar la administración simultánea, es decir, ingerir más de un preparado de algunos fármacos, debido a que algunas interacciones han resultado inconvenientes.

Recordó que el sinergismo depende no solo de la interacción entre los analgésicos seleccionados, sino también del tipo de dolor y de la respuesta individual a las dosis, entre otros factores. Por ello es muy importante hacer uso sólo de las ya evaluadas debidamente y aprobadas por los organismos autorizados, siempre bajo supervisión médica.

nelly.toche@eleconomista.mx

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