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Los consumidores mexicanos compran con más cabeza: exigen confianza, rapidez y coherencia
Un estudio internacional revela que la incertidumbre económica y el auge digital están dando forma a un comprador más exigente: busca conveniencia, confianza y coherencia de las marcas.

El consumidor mexicano, según lo observado en 2025, ya no compra por impulso. En medio de la incertidumbre económica y política, el comprador promedio se volvió más prudente, analítico y consciente de su entorno. Así lo revela el estudio ‘Future Shopper 2025’, elaborado por la agencia VML, que analiza las tendencias del comercio digital y físico en 16 países, incluido México.
El informe describe a un consumidor que calcula, compara y prioriza: 7 de cada 10 mexicanos dicen sentirse preocupados por su estabilidad financiera, y casi la misma proporción ha comenzado a ahorrar más como medida de precaución. Aunque el consumo no se ha frenado, sí cambió de tono: hoy se compra con más cabeza y menos corazón.
Esa cautela no ha eliminado la búsqueda de inmediatez. No obstante, el comprador mexicano vive bajo la lógica del “lo quiero ahora”. Seis de cada 10 esperan recibir sus pedidos en menos de dos horas, y más de la mitad considera que la entrega rápida ya no es un valor agregado, sino una expectativa básica. En palabras simples, la rapidez se ha convertido en una nueva forma de fidelidad.
El teléfono móvil es el eje de esta transformación
En México, el 41% de las compras en línea se realizan desde el celular, el 64% de los usuarios ha adquirido algún producto a través de redes sociales y un 58% planea hacerlo en el futuro. TikTok y Facebook lideran el llamado social commerce, aunque la desconfianza sigue siendo un obstáculo: casi 4 de cada 10 compradores evitan cerrar la transacción por falta de seguridad.
La inteligencia artificial comienza a incorporarse a este ecosistema; 7 de cada 10 consumidores mexicanos han probado alguna herramienta basada en IA y la mayoría la ve con optimismo, especialmente como apoyo para encontrar mejores precios o recomendaciones personalizadas. Sin embargo, persiste la sensación de distancia emocional: el 42% considera que las marcas aún no logran que esa personalización se traduzca en valor real.
El tema ambiental también gana terreno, pero con una visión pragmática. 2 de cada 3 encuestados creen que las empresas deberían absorber el costo de volverse carbono neutrales, y la mitad afirma haber modificado hábitos por motivos de sostenibilidad. Aun así, los consumidores no quieren pagar más por ello: buscan coherencia, no discursos.
El informe también expone los puntos débiles de las marcas. Un 72% de los mexicanos considera que las tiendas en línea y las aplicaciones aún no ofrecen experiencias sencillas; el 69% percibe una brecha entre lo que las empresas dicen y lo que realmente entregan; y 6 de cada 10 admiten haber abandonado compras por procesos digitales frustrantes.
Los datos dibujan a un consumidor mexicano más maduro y exigente que quiere resolver sus compras con rapidez, pero exige confianza y empatía. Ya no se sienten afines con marcas que le hablen de innovación o tecnología, sino aquellas que cumplan sin complicaciones y con un toque humano.

