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Impacto para el sector bancario mexicano será manejable: S&P
La calificadora precisó que, tras la revisión del Análisis de Riesgos de la Industria Bancaria por País, México mantuvo sin cambio su clasificación de grupo en 5, así como sus clasificaciones de riesgo económico y de la industria de 6 y 3, respectivamente.

Aunque, derivado de la severa recesión del 2020, los bancos en México verán debilitadas la calidad de los activos y la rentabilidad, el impacto para el sector será manejable, estimó la agencia Standard & Poor’s (S&P).
En este sentido, la calificadora precisó que, tras la revisión del Análisis de Riesgos de la Industria Bancaria por País (BICRA, por sus siglas en inglés) para México, mantuvo sin cambio su clasificación de grupo en 5, así como sus clasificaciones de riesgo económico y de la industria de 6 y 3, respectivamente.
“Además, la tendencia de los riesgos económico y de la industria se mantiene estable”, señaló.
En un comunicado, S&P consideró que el sector bancario mexicano ha entrado a una fase de corrección, basándose en su expectativa de una severa recesión en 2020 -luego de la ligera contracción en 2019-, con una débil recuperación esperada en 2021-2022.
“Esto, aunado al creciente desempleo, debilitará la calidad de los activos y la rentabilidad de los bancos. Sin embargo, estimamos que el impacto para el sector bancario será manejable”, subrayó.
Destacó que, en su opinión, el muy reducido paquete de estímulo fiscal del gobierno para disminuir el impacto de la pandemia en la economía, junto con el apoyo limitado al mercado laboral y a las empresas, retrasará la recuperación del consumo y la inversión.
En este sentido, si bien proyecta que la mayoría de las economías volverá a sus niveles de Producto Interno Bruto (PIB) anteriores a la pandemia, en 2022, México podría hacerlo hasta 2024.
“Nuestro escenario base supone que la economía mexicana se contraerá 9.3% en 2020 y crecerá solo 3.9% en 2021 y 2.9% en 2022”, subrayó.
En consecuencia, la calificadora espera que los activos improductivos (préstamos en mora por más de 90 días y activos adjudicados) alcancen un máximo de aproximadamente 3.5% del total de la cartera de crédito en 2020-2021 y caigan a 3.0% en 2022.
“Suponemos que los activos improductivos se mantendrán cubiertos completamente con reservas y que las pérdidas crediticias alcanzarán un máximo de 4.5% en comparación con el promedio de 2.8% de los últimos tres años, y que disminuirán gradualmente a 3.0% en 2022. Estos niveles no estarían muy lejos de lo que hemos visto anteriormente en otros momentos con situaciones económicas adversas en México, y en los que el sector bancario ha sido resiliente”, resaltó.
En este sentido, hizo énfasis en que el impacto esperado para el sector bancario, como resultado de esta fase de corrección, será limitado.
“Esto se debe a que el relativamente bajo acceso a la banca en México -medido por el crédito al sector privado sobre el PIB y que se refleja en el bajo apalancamiento de empresas y hogares- permite que los bancos tengan prácticas crediticias conservadoras con un enfoque en clientes de ingresos medios y altos que tienen adecuada capacidad de endeudamiento”.
Además, expuso S&P, los bancos mexicanos entraron a la pandemia con balances saludables, rentabilidad sólida, y reservas para pérdidas crediticias saludables que cubren completamente los activos improductivos y con sólidos niveles de capitalización ajustada por riesgo.
“Nuestra tendencia del riesgo económico se mantiene estable. Sin embargo, nos mantenemos alerta a un potencial deterioro de los indicadores de calidad de activos y rentabilidad, que, si se desvía significativamente de nuestras expectativas, podría llevarnos a revisar la tendencia o clasificación del riesgo económico del BICRA”, concluyó.