Temen que censo de Comisión Nacional de Búsqueda invisibilice casos migrantes

La desaparición de personas en México se ha convertido en un problema grave de violaciones a los derechos humanos, el cual, más allá de ser afrontado por las autoridades, pareciera minimizarse cada día.

Es en este contexto que colectivos de familias de personas migrantes víctimas de desaparición y defensoras en México, Honduras, Guatemala y El Salvador advierten que si el Estado Mexicano, con su nueva metodología para contar a las personas desaparecidas ha reducido en casi 90% en número de víctimas nacionales, en el caso de las personas migrantes se corre el riesgo de “desaparecerlas para siempre”.

Y es que desde hace meses, el Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), que depende de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) contabiliza únicamente la desaparición de 214 migrantes en México, de 1961 a la fecha; un subregistro grave si se compara con las repetidas denuncias de las familias que integran decenas de colectivos de búsqueda internacional.

Organizaciones como la Asociación Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos de El Salvador (Cofamide), Asylum Access México, Asociación de Familiares de Migrantes Desaparecidos de Guatemala (Afamideg), Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos del Centro de Honduras (Cofamicenh), entre otras, subrayan que el nuevo censo minimiza la gravedad de las desapariciones en México y no abona a una estrategia integral de búsqueda ni incluye un enfoque diferenciado para los casos de personas migrantes víctimas de desapariciones y otros delitos graves.

Asimismo, no hay una estrategia de búsqueda generalizada que haya sido definida en conjunto con los colectivos de familias de personas desaparecidas en México y de Centroamérica, lo que representa un retroceso de todos los avances en cuanto al acceso y a la participación activa de las familias.

Consternación

En representación, Claudia Interiano, coordinadora Regional del Área Transnacional (Guatemala, Honduras y El Salvador) de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, sostiene que, tras hablar con los familiares sobre este nuevo censo, ellos se preguntan quiénes son las personas que han borrado o quiénes son esas personas que ya no están en los registros.

Al tiempo que muestran una profunda consternación sobre el papel que tendrá la CNB, que ha sido la esperanza de muchas de las familias que viven en países de origen como Guatemala Honduras y El Salvador para a hacer la búsqueda.

“Recordemos que ya hacer la búsqueda representa un gran reto en México, ya no se diga para una persona que ni siquiera vive en territorio mexicano, entonces la gran deuda que tiene la CNB y las autoridades del gobierno mexicano justamente van por realmente establecer estrategias integrales que respeten los principios para la búsqueda que tienen que ver con la garantía de la participación de la familia, la dignidad de las personas, la información a tiempo, el enfoque diferenciado en cuanto a incluir a las personas de otros países”, expresó.

En este sentido, la defensora también subraya que las cifras que ha dado el gobierno sobre el nuevo censo son alarmantes porque para muchas de las familias no tiene credibilidad esa estrategia, porque ninguna de ellas ha sido informada o consultada.

“Nadie sabe de las familias acá en Guatemala, Honduras y El Salvador de dónde sale esta cifra de desaparecidos, que ya de por sí parecía baja la cifra de 112,000, ahora pues es realmente sorprendente que nos digan que solamente hay 12,377 personas”, dijo.

Sobre este tema, Claudia Interiano recordó que los familiares de migrantes desaparecidos no viven en México, por lo que buscar a sus seres queridos se vuelve una travesía, ya que tratan de resolver con sus propios recursos.

Además, de que se enfrentan a una barrera de comunicación, “imagínate que muchas, la mayor parte de personas, que además debo decir, la mayor parte quizás, un 75% son mujeres buscando en estos países tienen que venir de lugares de áreas rurales, no están viviendo en la ciudad, estas personas muchas veces no tienen Internet, muchas veces no puedan pagar saldo para el teléfono para siquiera hacer una llamada o una denuncia sobre la desaparición de su ser querido”.

Por lo anterior, la defensora subrayó que definitivamente no están de acuerdo con las nuevas acciones del gobierno, ya que la cifra de migrantes desaparecidos es muestra de que son invisibles.

“En ese trabajo directo que tenemos con la familia solo el Comité del Salvador Comité de Familiares reporta, un promedio de 350 personas desaparecidas...entonces, cómo es posible que no se refleje esa cifra en esos 212 casos teniendo en cuenta, incluso que en Honduras son ocho comités, y que tenemos como fundación 124 casos interpuestos ante el mecanismo de apoyo exterior.

"No creo que estén reflejados todos en esa cifra y pues es preocupante. También sabemos que es un gran reto el tema de estadísticas, que incluso sabemos que desaparecen muchas más”, lamentó.

Madre busca a su hijo desde 2010: “No hay paz, es una situación difícil de llevar”

Luis Roberto Melgar Gómez, un joven de apenas 19 años proveniente de El Salvador, desapareció el 28 de abril de 2010 a su paso por México y desde entonces, su madre, Blanca Areli Gómez trata de buscarlo desde la lejanía; en fotos de redes sociales, reportes oficiales o incluso noticias sobre personas fallecidas.

“La verdad es que no hay paz para uno, es una situación tan difícil de llevar. Uno se pone a pensar en lo peor, que está muerto, en un hospital o que anda sufriendo en las calles, es difícil para una madre tener que pensar en sin fin de situaciones para nuestros hijos y entre más tiempo pasa, menos probabilidad hay de encontrarlos vivos”, manifiesta la señora Blanca.

Es por ello que la también integrante del Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos de El Salvador (COFAMIDE), lamenta las expresiones desde el gobierno federal sobre la reducción del número de personas desaparecidas, pues a su experiencia, las familias saben que son miles de desaparecidos.

“Siempre lo hemos dicho, queremos que lo busquen en el territorio y que nos ayuden también, porque vemos a grupos de familiares que están buscando a sus seres queridos, ellos están buscando a los de México, pero nosotros aquí, desde lejos, sólo tenemos al gobierno de México y ellos tiene la oportunidad para investigar qué pasó con ellos. Queremos saber qué pasó con él (su hijo) y dónde están, qué les pasó”, sostiene.

La madre de Luis Roberto Melgar Gómez, quien ahora tiene 32 años, narra que a casi 14 años de su desaparición, y luego de ocho días de haber interpuesto una denuncia en la Fiscalía de México, las autoridades de nuestro país no le han dicho nada sobre hijo, y mucho menos tiene alguna pista sobre su paradero.

Último rastro

Blanca Areli señala que el último rastro que tuvo de Luis Roberto fue cuando habló con él en Apizaco, Tlaxcala, justo cuando se encontraba migrando con rumbo a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades para él y su familia. “Él iba a pasar por Piedras Negras, el coyote que lo llevaba habló a la persona que lo iba a recibir allá en Estados Unidos y a quien se le iba a pagar la última parte, porque el dinero se lo dimos en tres partes, una al partir de aquí de El Salvador, otra parte en el Distrito Federal (ahora Ciudad de México) y la otra ya en Estados Unidos...Yo hablé con mi hijo, fue la última vez que hablé con él”, explica.

Es en este momento, añade la madre buscadora, que notó que algo raro pasaba. “Le pregunté que cómo estaba que yo escuchaba cansado, enfermo. No, me dijo: estoy cansado.

Luis Roberto Melgar Gómez desapareció durante su paso en México.

maritza.perez@eleconomista.mx