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Tropas de Trump llegan a Bruselas y a Berlín

La victoria en las elecciones legislativas de la democracia cristiana alemana ocurre pocos días después del enfriamiento en la relación entre Estados Unidos y Ucrania.
Trump está más cerca de Putin que de Zelenski; Washington reanima su relación con el Kremlin y Bruselas es sorprendida con los dedos en la puerta.
La reacción del presidente francés Emmanuel Macron, luego de los insultos que Trump dedicó al presidente de Ucrania, fue de pánico. Convocó a varios líderes europeos a una reunión en París para esbozar el escenario de envío de tropas a Ucrania para el mantenimiento de la paz.
¿Pero de qué paz habla? No hay paz.
Tendría que trabajar para que Europa sea contemplada en la mesa de diálogo por la paz entre Ucrania y Rusia, no para el envío de tropas a Ucrania.
Estados Unidos descolocó a Europa en tan solo una semana.
El primer ataque llegó en voz de su vicepresidente J.D. Vance en la Conferencia sobre Seguridad de Múnich.
Vance, cuyo jefe es un delincuente, llegó a Europa para dar clases de democracia. Su perfil sería de caricatura si no fuera un representante de la potencia de occidente.
Posteriormente Trump envió lo que pareció más bien una tropa: Scott Bessent, Marco Rubio y Keith Kellogg, y desde Washington Mike Waltz: Secretario del Tesoro, Secretario de Estado, enviado especial de la Casa Blanca para la guerra Ucrania-Rusia y Consejero de Seguridad Nacional, respectivamente.
Y, por si faltara, el francotirador de la Casa Blanca y X, Elon Musk, disparando en contra del canciller alemán Olaf Scholz a través de su apoyo a Alice Weidel, líder del partido ultraderechista alemán (AfD).
Friedrich Merz se convertirá en el próximo canciller alemán luego de una posible larga negociación para formar una coalición que lo apoye en el Parlamento.
El tiempo es importante. Y lo sabe Merz. La tradición alemana para formar coaliciones requiere de un proceso de larga duración, meses quizá. Pero la guerra en Ucrania no está para que la negociación dure meses. Tiene que durar pocos días; incluso horas.
Las tropas de Trump ya están en Bruselas, y si bien es cierto que en nada se parecen Marco Rubio y Mike Waltz, ambos obedecen al mismo jefe.
La Unión Europea necesita que Merz se convierta en líder súbito.
Macron tiene la marcación personal de la ultraderechista Marie Le Pen. Se ve con claridad que la Asamblea francesa tiene al enemigo en casa. El partido de Le Pen le coloca palos a las ruedas de Macron.
Ahora, será Alice Weidel la que le aplique una marcación personal al próximo canciller Merz.
Conclusión: la ultraderecha y las tropas de Tromp erosionan a Europa.

