Lectura 4:00 min
El desafío silencioso de las infecciones intrahospitalarias en México

Maribel Ramírez Coronel | Salud y Negocios
En los últimos años un enemigo invisible se ha colado entre las cuatro principales causas de muerte en México: las Infecciones Asociadas a la Atención en Salud (IAAS). Este término que es común para profesionales de la salud se refiere a toda complicación infecciosa derivada de intervenciones médicas. No se trata de un problema abstracto; es una realidad que afecta a 1 de cada 5 pacientes hospitalizados, de los cuales 10% terminan perdiendo la vida.
Si extrapolamos esto al total de hospitalizaciones anuales en México, las cifras se disparan a niveles catastróficos. Y eso considerando los datos con los que se cuenta porque, por si no fuera suficiente, no contamos con indicadores fehacientes, pues hay un subregistro que oculta la verdadera magnitud del problema.
Voces autorizadas en este campo, expusieron ampliamente sobre esta situación en el quinto Foro "El Desafío de las Infecciones Intrahospitalarias" celebrado en septiembre de 2025. Entre ellos, el Dr. Samuel Ponce de León, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM y coordinador del Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE), quien ha sido un insistente promotor del problema; explicó en el foro que las IAAS surgen como resultado de procedimientos médicos comunes, como la colocación de tubos para asistencia pulmonar, respiradores, sondas Foley o catéteres. Si consideramos que más del 70% de los pacientes hospitalizados requieren algún tipo de catéter, ya sea corto o más complejo, es obvio que el simple ingreso al hospital implica un riesgo inherente de adquirir una infección nosocomial.
Y aquí el punto es que estas infecciones no sólo prolongan la estancia hospitalaria -si se iba a quedar una semana, por la infección adquirida el paciente se queda 3-, sino que generan un impacto emocional devastador: sufrimiento innecesario, soledad en un entorno hostil y, en el peor de los casos, la pérdida de la vida.
Sumémosle además el costo económico. Cada infección adquirida en el hospital afecta con costos adicionales a la familia y a las instituciones médicas. Si hablamos de hospitales públicos, cómo ignorar que los recursos se merman aún más en un sistema de por sí subfinanciado y con notorias carencias. Y aquí se genera un círculo vicioso donde la falta de recursos incrementa a su vez el riesgo de más infecciones, pero además de todo tipo de eventos adversos, erosionando la confianza en el sector salud.
Como dice Ponce de León, los hospitales están obligados a tener sistemas de vigilancia prospectivos e intervenciones puntuales para cada procedimiento, destacando colaboraciones con autoridades sanitarias. Para ello, México cuenta con herramientas clave, como la Norma Oficial Mexicana (NOM 035) para el control de estas infecciones, pero desde hace año y medio está pendiente su actualización y se espera sea reactivada y aplicada. Esperemos tener pronto noticias al respecto.
Complementando esta visión, el Dr. Octavio González Chon, director general de Médica Sur, subrayó en el foro citado que las IAAS deben representar un indicador clave de calidad hospitalaria, que además, conllevan un uso intensivo de antibióticos de amplio espectro y un aumento en las tasas de mortalidad. Abogó por fortalecer programas de control, promover el uso racional de antibióticos mediante guías, comités de farmacoterapia y administración ejecutiva. Apostar por prevención, educación e investigación generaría un impacto positivo y sostenible, transformando el desafío en oportunidad para el sector.
A mayor abuso de antibióticos, más muertes por resistencia antimicrobiana
Sin acciones concretas para prevenir las IAAS, el panorama es sombrío: hospitales con antibióticos ineficaces, infecciones intratables y costos insostenibles que amenazan la viabilidad del sistema. Este escenario se entrelaza con el abuso de antibióticos en México, un problema que acelera la resistencia antimicrobiana (RAM). En 2025, expertos de la UNAM reportaron al menos 50 millones de prescripciones innecesarias al año, contribuyendo a que la RAM se posicione como una de las principales causas de mortalidad global para 2050, con hasta 10 millones de muertes anuales. La automedicación exacerba efectos secundarios como diarreas y alergias, mientras la OMS alertó un aumento del 40% en la resistencia a combinaciones patógeno-antibiótico entre 2018 y 2023. Estudios hospitalarios revelan sobre prescripción de antibióticos de amplio espectro, vinculada directamente a la resistencia bacteriana, y agravada por factores como estrés y obesidad que empeoran problemas gastrointestinales.
Agradecida siempre por su generosa lectura, esta columna deja de publicarse las primeras dos semanas de enero, y regresa esperemos con renovados bríos a partir del día 19.


