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Convierte tus propósitos en metas

Los propósitos de año nuevo no son más que buenos deseos que se olvidan rápidamente. Tanto, que incluso existe una fecha llamada “Quitter’s Day” que corresponde al día en el cual, estadísticamente, la gente ya ha renunciado a ellos. Este año fue el pasado 10 de enero (segundo viernes del año). ¿Te acuerdas de los tuyos?
Esto sucede porque son simplemente cosas que uno sabe que debería hacer, como ahorrar más o ponerse en forma, pero se quedan nada más en eso. No decimos qué vamos a hacer para alcanzarlos y tampoco hacemos un plan de acción para adquirir nuevos hábitos. Por eso no funcionan.
Si has establecido propósitos que son verdaderamente importantes para ti, te invito a que aprendas del pasado y cambies tu estrategia. Conviértelos en metas: objetivos claros, concretos y con un plan de acción. Hay muchas metodologías para ello. Una de las más famosas y que mejor funcionan es el método SMAART que originalmente creó Peter Drucker y ha sido enriquecido por otros especialistas en la materia.
El nombre “SMAART” es el acrónimo con las características que debe tener cada una de las metas que se plantean:
Deben ser específicas (S = Specific). Es decir, muy concretas.
Tienen que ser medibles (M), porque es importante que tengas una forma objetiva de medir el progreso y que sepas qué tan cerca o lejos estás de alcanzarlas.
Deben ser realistas (A = alcanzables). Esto no significa que necesariamente que deban ser fáciles de lograr. Pueden ser metas retadoras, pero que tengas la confianza que las puedes lograr. De otro modo no tendrían ningún sentido.
Orientadas a la acción (A = action oriented). Es decir, deben estar escritas de forma activa y no pasiva.
Orientadas a resultados (R). Tu meta debe describir claramente el resultado deseado, es decir, lo que quieres lograr.
Temporales (T). Deben tener una fecha límite en la cual esa meta se debe cumplir.
Un ejemplo de una meta SMAART en lo que se refiere a nuestras finanzas personales puede ser: para el 20 de noviembre del 2025 habré terminado de pagar mi deuda de $43,000 pesos en tarjetas de crédito.
Podemos ver claramente que tiene todas las características. Es específica y concreta. Es medible ya que menciona una cantidad y puedo saber exactamente cuánto he pagado y cuánto me falta. Si la estoy planteando, sé que lo puedo lograr (ya hice cuentas). Está orientada a la acción (pagar la deuda) y también al resultado. También tiene una fecha definida.
Una meta puede estar acompañada de un plan de acción. En este caso, no utilizar las tarjetas para nada y pagar 4,500 pesos al mes utilizando el método “bola de nieve”.
Hay muchos estudios que demuestran que el simple hecho de escribir nuestros objetivos de esta forma, utilizando la metodología “SMAART” y además hacer un plan de acción para cada uno de ellos, hace que sea mucho más probable que los alcancemos. Es un primer paso muy firme y además nos da motivación.
Además, es importante mantener esas metas siempre visibles. Algunas personas utilizan una agenda o planeador semanal, en la cual van anotando el progreso. Otras simplemente las ponen en el espejo que utilizan todos los días para arreglarse antes de salir a trabajar. Hay también distintas apps que miden el progreso. Lo importante es encontrar qué es lo que mejor funciona para nosotros.
Cuando se trata de objetivos financieros, simplemente forman parte de mi plan de gastos. Eso me permite tenerlas siempre visibles. Recuerda que el plan de gastos implica hacerte una sencilla pregunta cada vez que recibes un ingreso: ¿qué es lo que necesito que este dinero haga por mí, antes de que me vuelvan a pagar? De esta forma, le estás asignando a cada peso que ganas un trabajo. Una parte de ese dinero va hacia el cumplimiento de esas metas.
Desde luego, el método SMAART es útil y poderoso para cualquier objetivo que tengas en la vida, no sólo en el aspecto financiero. Te recomiendo que lo uses para todas tus metas.
Una recomendación final: tener demasiados objetivos puede hacer que pierdas el enfoque. Es mejor tener unos pocos (no más de cinco), pero que sean significativos y reflejen lo que es verdaderamente importante para ti.
Un ejemplo de una meta SMAART en lo que se refiere a nuestras finanzas personales puede ser: para el 20 de noviembre del 2025 habré terminado de pagar mi deuda de $43,000 pesos en tarjetas de crédito.

